18 de julio de 2009

Domestic poverty


No quiero ser amarga, pero aprovechando que nadie está visitando el blog siento ganas de divagar un ratito sobre las que para mí son las causas reales de la desaceleración económica feroz que está padeciendo la Argentina.
Como no soy economista, para empezar se me ocurre pensar que el gran motor que está frenando todo es la brutal fuga de capitales.
Dicen que -desde que gestiona Kirchner- ronda los US$ 40.000 millones.
Bueno, no hay espalda que aguante semejante hemorragia.
Desde ya, la causa de esa fuga no hay que buscarla con un microscopio: es la desconfianza.
Si tenemos en cuenta que la 'estrategia' del 'modelo' fue un tipo de cambio que llamaron 'alto', podríamos pensar un poquito en el Brasil, que apreció su moneda mientras recibió un envidiable flujo de inversión extranjera.
Viene a cuento una aclaración algo rústica pero no por eso menos importante: los bienes son transables, o no.
Y cuando digo transables digo obviamente 'exportables'.
Bueno, un análisis elemental nos dice que la competitividad debe apalancarse siempre en un descenso de los precios de los no transables respecto de los otros.
Porque de ellos depende el bienestar de la gente.
El caso de Brasil es paradigmático, porque supo hacerse más eficiente en los primeros.
¿Cómo lo hizo?
Bueno, para empezar, generó mucha -muchísima- confianza.
Esa confianza la hizo receptiva de miles y miles de millones en capitales que entraron confiados, y se multiplicaron -obvio- pero a la vez modernizaron su economía.
En Argentina es hoy un muy mal negocio importar bienes de capital -no existe el crédito y no hay expectativas- y la inversión extranjera es mínima, por no decir nula.
Y si las exportaciones caen, no hay divisas, le guste a los incombustibles de 'Carta abierta', o no.
Así que en el actual esquema, con 'diálogo' o sin él -en estas tierras de promisión- la única opción es devaluar, con lo que eso implica.
Los políticos pueden decir lo que quieran, pero si no hay crecimiento -hace un año que no lo hay- no existe ni la más remota posibilidad de corregir -vía impuestos, gasto social o lo que se te ocurra- la natural 'inequidad' social.
En consecuencia, inexorablemente el número de pobres aumenta, y aumentará aún más.
Como tampoco soy política, me doy cuenta que mientras subsista el capricho que parece universal de 'defender el modelo' no hay salida posible.
Esto me lleva a pensar que el tan mentado 'diálogo' es -en el mejor de los casos- una operación cosmética, que cuenta con algunos cómplices.
Lo que creo es que el kirchnerismo solo suplantó algunas distorsiones, por otras peores y más enfermantes.
Como quiera que sea, sostener -como si fuera un imperativo bíblico- que este gobierno 'debe terminar su mandato' es una boludez que solamente beneficia a la clase política que vive del parasitismo, y al 'capitalismo de amigos' que se enriquece con las prebendas.
Realmente no entiendo que alguien en su sano juicio sostenga que las administraciones del sátrapa sombrío y la botóxica incombustible deben gozar de dos años y medio más de abuso y destrucción.
...
Para mí la oposición debe ahora mismo unirse -al menos transitoriamente- para imponer de inmediato una agenda parlamentaria que en forma urgente haga realidad los instrumentos necesarios con el único y prioritario objetivo de poner fin a este absurdo suicidio colectivo.
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3 comentarios:

Lucas dijo...

La corrupción en la Argentina está encarnada como cáncer de cervical. Ilusionarse con la idea de que la retirada anticipada de los K generaría un punto de partida para algo suena lindo si es que hubiesen colas de políticos idoneos y honestos para hacerse cargo. La Argentina, con el nivel de boludismo de la masa votante y el increible nivel de infiltración que tiene la mafia, es un país genial para hacer negocios ilegales, por eso todo político afanará a destajo.
Yo no creo para nada en la democracia argentina, por eso no voy a votar. Pero si ustedes (los que se quejan) creen en el sistema y van a votar jódanse por aceptar las reglas.

Victor dijo...

Por lo único que les preocupa la fuga de capitales es porque se les va fuera del alcance de sus garras, para robárselos.

Claro que la oposición "republicana" tiene que unirse pero primero tienen que detectar -y expulsar- a la gante que está entre ellos pero piensa igual a los k.

Darío dijo...

La "opsoción" es kirchnerismo sin K.
Ese es el problema, no los Kirchner.
En algún momento los Kirchner van a desaparecer, pero el estatismo colectivista quedará.