14 de julio de 2009
Economics of uncertainty
Bueno, teniendo en cuenta que el kirchnerismo ha sido extraordinariamente eficaz en convencer a todo el mundo que la Argentina no es un lugar seguro, y que en consecuencia el capital se fugó, se fuga y se seguirá fugando, la actual debilidad del gobierno le impide tomar medidas económicas de fondo, limitándose a robar los aportes previsionales hasta agotarlos, y muy posiblemente metiéndole un bono incobrable a los encajes bancarios, o ese tipo de cosas tan simpáticas con que suelen periódicamente castigarnos.
Parece que dentro de poco se produce el vencimiento de las delegaciones que el Congreso cedió al Ejecutivo, entre las que se cuenta el fijar la alícuota de las retenciones agropecuarias.
Y dicen que son como dos mil leyes, que en realidad nadie las conoce en su totalidad, así que lo que se trata es de una especie de 'paquete' legislativo que se considera medio a ciegas.
Sobre ese punto hay en realidad dos elementos, porque por un lado está el problema de quién fija el gravámen, pero por el otro está el impuesto en sí mismo.
Quiero decir que hasta tanto no exista una ley específica, los valores actuales no pueden ser modificados.
El desafío entonces transita por esos dos andariveles: no renovar la franquicia recuperando potestades, y bajar las alícuotas.
Pero no hablemos del asunto de las segmentaciones y demás inventos impracticables con que muchos ocurrentes que desconocen el negocio supieron matizar los debates televisivos.
Como viene la mano, con el bache fiscal actual, atacar el impuesto sería suicida si no se acompaña de un descomunal descenso del gasto.
Quiero decir que las condiciones ahora son muy distintas a las de hace uno o dos años atrás.
Recordando un poquito los episodios de la famosa 125, el eje de la protesta se centró en su momento contra el proyecto de las retenciones móviles, que pulverizaban el mercado de futuros y además eran claramente confiscatorias.
Luego del episodio Cobos, las cosas quedaron como antes, pero hubo elementos nuevos que complicaron mucho la situación del sector: la sequía, la caída de los precios, la crisis mundial, etc.
Bueno, en la práctica la lechería se fundió, el trigo -comparado con otras épocas- prácticamente desapareció, y la ganadería está en franco retroceso.
La idea que las retenciones podrían bajar unos 10 o 12 puntos quedando en un valor próximo al 20%, si se estima una próxima campaña de más de 50 millones de toneladas, y a que mayor volumen la recaudación así se mantendría estable, me parece algo aventurada, porque una estimación no es más que eso, y habría que ver los precios en su momento, la paridad cambiaria, y cómo evoluciona la crisis de los mercados mundiales, entre otros ítems.
Demasiadas incógnitas tiene esa ecuación, para mí.
Yo creo que la discusión está mal encarada, aunque obviamente comparto la idea que es el Congreso el único habilitado para fijar impuestos, y que las alícuotas actuales son desmedidas.
Pero me gustaría insistir en un análisis más serio del verdadero problema, que indefectiblemente tiene que pasar por un descenso del gasto.
Y la tendencia prácticamente universal de todos los políticos -del signo que sean- en no hablar de eso, refuerza mucho mi teoría.
Pienso que si dejamos de lado los aspectos cosméticos, ya sea políticos o institucionales, con el actual nivel de gasto público y la falta prácticamente total de acceso al mercado de capitales, disminuir los ingresos fiscales nos liquida en un par de meses para todo el viaje.
A lo mejor eso es lo que la botóxica infame quiere decir cuando habla de 'gobernabilidad', pero no estoy segura porque la incombustible está demasiado empastillada para tenerla en cuenta.
Bueno, supongamos que algunos (Reutemann, Cobos, De Narváez, Scioli, Carrió, Macri, etc) están pensando en estas cosas y en lo que se viene.
Los gobernadores (asfixiados) algo tendrán para decir también.
En definitiva, pienso que si el Congreso recupera la potestad de fijar el impuesto eso sería un logro muy grande.
Respecto de la soja -si no se toca el gasto- no tendrán más remedio que convalidar por ley los valores actuales, mirando a un 2010 con una buena cosecha, para poder respirar un poco.
Y -haciendo un esfuerzo- darle una mano a los que realmente tienen en este momento la soga al cuello: leche, trigo y carne.
La economía es una ciencia complicada, y todos los factores tienen relación entre sí, por eso no puedo dejar de quejarme de la clase política argentina -en general- que ha tenido, tiene y posiblemente tendrá siempre una tendencia irresponsable a subir el gasto público, aún sabiendo su formidable rigidez hacia la baja.
Me parece que se está acercando la hora en que los actores políticos de esta tierra de promisión deben dejar definitivamente el discurso fácil y proponer un país viable y previsible.
No estoy al tanto del actual estado emocional de los Kirchner, pero me lo imagino bastante complicado, y eso no ayuda.
Pero estoy segura que aunque estemos en una transición política -de inevitable incertidumbre- eso no significa que tenemos que perder el tiempo discutiendo idioteces.
Bueno, si el gasto público está -digamos- al 50% del producto, es obvio que hay que mantener una presión impositiva al menos equivalente, y eso sin hablar de la deuda.
Y la única manera de bajar los impuestos es gastando menos, nos guste o no.
Los Kirchner saben que su ciclo terminó, pero no aflojan porque aún le quedan un par de años y esperan confiados que las papas les quemen a otros.
Mientras tanto, la pobreza se generaliza, y ya orilla el 40%.
...
Creo que la experiencia kirchnerista de hacer trepar el gasto público y 'redistribuir' ha fracasado estrepitosamente, y que se está sosteniendo con un maquillaje que día a día se destiñe más.
Pero las provincias tienen también su cuota de responsabilidad en esta historia, y tampoco estamos escuchando autocríticas por ahí, sino todo lo contrario.
La prueba es que uno de los próximos objetivos de los gobernadores -por ejemplo- no es la atenuación o desaparición del tan distorsivo impuesto al cheque, sino que se lo coparticipen, y así con todo.
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De sincerar la economía y blanquear los índices mejor lo dejamos para otro momento.
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Me voy a cocinar, así que después nos vemos.
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9 comentarios:
Toda economía se complica más, cuantas más variables intenta el estado controlar. Es un malabarismo intervencionista contra un sistema complejo que necesita sus propios equilibrios.
Y así los ingresos fiscales indefectiblemente van a reducirse, por las buenas o por las malas.
Nunca hubo almuerzo gratis.
con lo improductivo y difuso que es el gasto público en Argentina, no veo porque es necesario mantener las retenciones de la soja (o el impuesto que sea) para evitar que el gobierno entre en déficit. Prefiero que quiebre el Estado y no el sector mas productivo de la economía...
Bueno, tampoco la pasión, porque si quiebra el estado va a haber una guerra civil, de la que nadie saldrá ileso.
Yo estoy en contra de las retenciones, pero lo que quiero es que primero bajen el gasto, y de eso nadie habla.
Un problema es que, los que están en situación de hablar de bajar gastos, son los mismos que viven de gran parte de esos gastos. Conflicto de intereses, digamos.
Necesitan confrontarse entre ellos y bajarse ellos mismos sus gastos. Y si no lo hacen "parejo", conque uno baje más, el otro "no necesitaría" hacer lo propio. Así que cada uno espera que baje el otro, y no se mete con el gasto del otro para que no le hagan lo mismo.
Una suerte de "Dilema del Prisionero".
Entonces todo conduce a que se bajen los ingresos "naturalmente" desde afuera, por agotamiento.
En una reunión del difunto partido Recrear propuse que una propuesta de campaña debería ser eliminar empleo público.
Casi me echan a patadas...
...como si algún empleado público hubiera ido a votar a López Murphy!
Raquel: No se por qué, pero esa foto logró perturbarme. Más que las otras. Congratulations.
Tha Smilin': por primera vez intenté hacer un post algo serio para demostrar que no soy una tonta y que también pienso, y Ud. se viene a fijar en la imagen!
:)
:)
Me extraña, Raquel; te tengo como lo más serio del blog... (no offense a mis cobloggers!).
Gracias, aunque no le creo, necesitaba oir eso.
:)
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