10 de julio de 2009

Pena

Hoy a la tarde fui hasta un centro de apoyo escolar que mantienen funcionando algunos docentes voluntarios (algunos activos, otros jubilados, otros sin título) en una zona periférica del oeste de la ciudad, en un barrio conocido como Tio Rolo.
Hace seis años consiguieron un cuartito en el que dan clases de apoyo a muchos chicos del barrio, para intentar que lo que la escuela les puede dar no sea destrozado por la marginalidad, los conflictos familiares, la falopa, el hambre.
Anoche, los saquearon. Los pocos elementos que habían reunido para el trabajo de todos los dias, muebles, útiles, y algunos materiales de construcción que venían acopiando para intentar agrandar el cuartito en que trabajan.
La noticia es intrascendente. Los medios locales no le dedican ni una línea.
Pero pinta lo que pasa ahí nomás, en el borde de la ciudad al que los poíticos llegan solo a prometer cuando pintan elecciones.

3 comentarios:

Klaus Pieslinger dijo...

La "lucha de clases" es pura fantasía.

BlogBis dijo...

Usted lo ha dicho. Y en los barrios se hace patéticamente palpable.
Pero seguramente aparecerá algún marxista que explicará que esto sucede porque en realidad los vecinos de Tio Rolo son lumpen y como tal al carecer de conciencia de clase se atacan a si mismos...
O sea, para negar la realidad necesitan reducir a esta gente a la categoría de desclasados.

José Luis dijo...

Turros hijos de mil putas.
Desclasados o no desclasados, hacen daños masivos.

Cuándo mierda nos vamos a poner los pantalones largos y vamos a hacernos cargo de que, ok, como sociedad la habremos cagado, pero eso no es óbice para que a estos hijos de puta haya que sacarlos sumariamente de circulación.

JL