La insistencia del ex presidente Manuel Zelaya y sus llamados a la insurrección derivaron en tragedia: un joven de 19 años murió ayer y hay 11 heridos en medio de una agitada y desafiante manifestación convocada por sus allegados.
Ayudado por la televisión estatal venezolana, llamó una y otra vez a sus partidarios a llegar al aeropuerto para recibirlo, sabiendo que la terminal estaba militarizada y prohibido su aterrizaje.
Al ver imposibilitado su aterrizaje, Zelaya lamentó que sus seguidores 'no han podido romper el cerco militar', lo cual hubiera permitido el despeje de la pista.
La tensión acabó por desbordarse en el aeropuerto Toncontín, donde miles de seguidores de Zelaya esperaban su regreso, azuzados con la música de Los Tigres del Norte, 'El jefe de jefes', un narcocorrido que el propio Zelaya cantó con los músicos en Casa Presidencial y que desató una ola de críticas, por ser una canción que enaltece el narcotráfico.
La Prensa
Bueno, hubo caras largas en Zelaya y sus cómplices, cuando el gobierno de Honduras demostraba que no estaba dispuesto a permitir que el avión descendiera.
De haberlo hecho, la turba descontrolada necesariamente tenía que ser reprimida, y los muertos iban a ser cientos, o incluso miles.
El deseo de los chavistas era -claramente- que corriera mucha sangre, para justificar que las fuerzas armadas de Venezuela invadieran el país.
Y ver a la infame incombustible -junto a sus socios narco-terroristas- dando clases de democracia fue realmente patético.
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Los resultados de una encuesta parecen contundentes:
Bueno, los destrozos en comercios, medios de comunicación, instituciones del Estado, viviendas, templos, museos, galerías, y demás instalaciones del casco histórico de Tegucigalpa, causados por los manifestantes, son otro asunto.
2 comentarios:
Luego los van perseguir por violar los DD.HH., y cometer crímenes de lesa humanidad.
Con el terrorismo no se negocia, así como no se razona con un perro rabioso...
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