Conocer, para amar

Soy una mujer de 25 años que nunca ha dado a luz.
Mi intención con este proyecto es comprender mejor mi ciclo, y los cambios en mi cuello uterino durante todo el mes.
Como doula (asistente) y estudiante de partera he utilizado este proyecto para que me ayude a ver como el cuello uterino va cambiando a lo largo del ciclo, en ausencia de infecciones vaginales, y entender los exámenes realizados con un espéculo.
Cada foto fue tomada aproximadamente a las 10:00 de la noche todos los días a partir del primer día de mi ciclo menstrual.
Utilizando un espéculo de plástico mi novio usó una lámpara y la función macro de una cámara digital común.
Durante la duración de este proyecto hemos usado condones como método anticonceptivo para no introducir líquido seminal, y no usé tampones ni copas menstruales (Mooncups) durante mi tiempo de sangrado.

Beautiful Cervix Project

Bueno, las fotos son espectaculares.
Tiene un enlace a un sitio comercial que vende un simpático kit compuesto por un espéculo, un espejito, la linterna y un manual de instrucciones, pero eso en realidad no tiene relevancia.
El tema de la educación sexual es complicado y también delicado, porque muchas veces toca intimidades, cuestiones morales y esas cosas, pero ocupa un lugar muy importante en la agenda de los políticos y de los comunicadores sociales del progresismo.
Lo cierto es que ignorar siempre es malo, y poder llegar al conocimiento implica tener acceso a materiales apropiados y verídicos que no estén sujetos a ningún tipo de censura.
Es muy posible que adquirir nociones básicas de eduación sexual no requiere de transmitir muchos detalles, pero les puedo asegurar que la mayoría de las chicas ignoran casi todo y no conocen ni siquiera la intimidad su propio cuerpo.
Y estoy segura que el comienzo de cualquier programa de educación sexual debe partir de la divulgación de la anatomía.
He notado que se acostumbra por empezar con las conductas, y me parece bastante desubicada esa tendencia.
Quiero decir que luego de una breve introducción te enchufan sin anestesia todo el rollo de la anticoncepción y de la prevención de las enfermedades de transmisión, cuando eso tendría que surgir mucho después.
Puede ser que a ningún hombre le interese demasiado ver imágenes del cuello uterino durante los distintos días del ciclo, pero estoy segura que hacerlo los ayudaría mucho a comprender a su pareja, bueno, si es que quieren eso, por supuesto.
Y a las mujeres también, si es que queremos comprendernos a nosotras mismas.
Todo se complica cuando aparecen las 'políticas públicas' que hacen que la educación sexual se oriente hacia ellas y no hacia los intereses de los destinatarios.
Entonces los gobiernos se ponen inescrupulosamente a repartir preservativos, píldoras y demás engendros, e introducen el tema en las escuelas como se les ocurre, como una apoyatura a sus absurdas ocurrencias.
Esto pasa porque para los gobiernos el sexo es un problema, y nada más.
Quiero decir, se ocupan del sexo del lado de sus peligros, y eso no es educación sexual, o al menos no es toda la educación sexual.
Para mí los educadores naturales son los padres, y el ámbito propicio para la educación sexual es la familia.
Lo ideal sería que existieran sitios como el que pongo como ejemplo, pero en el marco de un programa más amplio, adecuados a los niveles propios de la edad y esas cosas.
La tecnología hoy disponible -internet, fotografía digital, etc- hace mucho más fácil y más entretenido educar.
Bueno, lo que quería decir es que las mujeres, al tener un ciclo, no somos iguales todos los días, sino que vamos variando según él, tanto desde el punto de vista físico como el mental.
Y si bien el momento en que estamos pertenece y debe ser mantenido en la intimidad, no es muy difícil advertir, comprender esas cosas, e intentar tenerlas en cuenta.
Por eso se vive en pareja, para con-vivir.
Al menos en teoría, por supuesto.
Pero en el imaginario colectivo tienen plena vigencia frases que ser demasiado guarangas no reproduciré, y que expresan el bajísimo y hasta cavernícola nivel de educación sexual predominante en nuestra sociedad.
Quiero decir el fomento del sexo como uso y abuso, y ese tipo de conductas vinculadas más a la agresión que a la construcción de una relación respetuosa y fecunda.
Para mí -que no soy ninguna santa- no puede haber una educación sexual si no hay una educación para el amor, como un requisito indispensable y previo a la información de los aspectos inherentes a la genitalidad.
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Y para los que creen que la religión no tiene que meterse en la educación sexual, debo decir que el Libro de Jonás -on'ɔh- sostiene en plenitud todo lo que dije en este post, y mucho, muchísimo más.
Entiendo que mucha gente es partidaria de la educación laica, y en realidad no es que no tengan argumentos sólidos para sostener esa postura, y los entiendo.
Pero quiero contarles que el Təˈnax incluye sabias reflexiones y conceptos muy profundos sobre la sexualidad, que hoy son motivo de análisis y estudio por parte de la comunidad científica por su enorme complejidad y su extraordinario alcance.
Porque no es cuestión de negar y aislarse porque sí.
Yo creo que siempre una mente abierta tiene más chances de llegar a la verdad, y el laicismo acérrimo es un extremismo más.
En un colectivo mayormente ateo o no-religioso, impregnar de religiosidad cualquier tópico es desatinado, así que no insistiré.
Bueno, tal vez lo haga, no lo sé.
Yo estoy segura que -como hoy está encarada- la educación sexual se encamina a paso firme a ser otro fracaso.
Despojada de humanismo, y concentrada en la anticoncepción y en las enfermedades, e incluso propiciando -más o menos sutilmente- el crimen del aborto, es contraria a los propósitos que declaman los que la sostienen, e indefectiblemente causará a largo plazo más problemas, y graves retrocesos que serán muy difíciles de remontar.
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