16 de agosto de 2009

Desilusión


Gobiernan así y no de otra forma.
¿Gusta?
Bien.
¿No gusta?
No importa.
¿Cómo será el mañana, cuando sean minoría en el Congreso, si ahora les pasan por encima a los opositores?
Importa menos aún.
Los Kirchner se han refugiado en el extremo de sus posiciones y sus ideologías para profundizar la crispación de la política.
Fuerzan fugaces mayorías en el Congreso.
Dicen palabras de fracturas sociales.
El propio ex presidente sólo se rodea de los que promueven odios y violencias.
Es difícil imaginar, en tales condiciones, una transición suave y previsible hacia un nuevo ciclo político.
Néstor Kirchner, sólo un ex presidente, ni siquiera se esfuerza en disimular.
A sus actos se hace acompañar por dos funcionarios: el jefe de la SIDE, Héctor Icazuriaga, y el jefe del Indec, Norberto Itzcovich.
Sin disimulos, entonces: los servicios de inteligencia del Estado están a disposición personal del caudillo del Gobierno.
La información que producen es la información que necesita el líder para ejercer su mando.
A su vez, el Indec es (o debería ser) un organismo autónomo, que muchas veces debe darles noticias ingratas a los que gobiernan.
No es el caso del Indec actual, pero esa deformación (o destrucción) ya no se oculta ni se maquilla.
En medio de esos espectáculos de devastación, Cristina Kirchner convocó a la confrontación entre 'ricos y pobres'; protestó porque le piden que informe sobre los pobres y no sobre los ricos, y amenazó con hacer un 'censo de los ricos'.
¿Deberían los pobres salir a cazar ricos?
¿Los ricos tienen la culpa de un Estado impotente, carente de reflejos?
Los ricos sólo deben pagar sus impuestos en tiempo y forma, porque no precisan que nadie les resuelva sus problemas.
Los pobres son los que necesitan que se ocupen de ellos.
La única investigación que cabe, hablando de riquezas, es a los políticos que se han enriquecido mientras gobiernan.

Morales Solá

El resultado de las últimas elecciones despertó un muchos un entusiasmo que en poco tiempo la realidad demostró que tenía pies de barro.
En base a sucias componendas el oficialismo obtiene en el Congreso el diferencial de votos necesario para imponer sus absurdos proyectos, mientras la oposición se mira el ombligo y no genera hechos políticos relevantes y proporcionales a lo que realmente significa que un 70% del electorado la apoyó.
Muy triste todo.
.

1 comentario:

Sine Metu dijo...

Los que anduvieron por nuestra blogosfera, no pueden negar que se lo venimos diciendo desde hace años.
Y también venimos hablando de Morales Solá.