Ni el personaje de Olmedo, dictador de Costa Pobre, llegaba a este nivel de delirio. No se que es mas insólito, si el general con su pickelhaube o un almirante comandando las FFAA bolivianas, presidiendo un desfile de patoteros enmascarados.
Ayer me comentaban el discurso del cónsul del Ekeko en Rosario, con motivo del aniversario de la independencia, explicando por qué ahora que no es mas una república sino un Estado Plurinacional van a estar a salvo de los desmanes del neoliberalismo.
Apena que tanta gente se aferre al pensamiento mágico, y se resigne a seguir quemando generaciones en la pobreza y la miseria.
Me compadezco de los bolivianos que no comparten esta fantasía. Por lo menos, a los argentinos todavía nos queda Bolivia para ver a algún vecino que esté peor que nosotros.
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