28 de agosto de 2009

Si no somos buenos, al menos seamos eficaces


Sumergida irreversiblemente en el mundo del absurdo, la justicia argentina tiene un comportamiento errático e impredecible.
El nuevo enfoque de la Corte, que en la práctica despenaliza el consumo de sustancias psicoactivas, toma como punto de referencia la cantidad de la posesión a la hora de determinar si una persona es simplemente un consumidor y no un traficante.
Un fallo reciente lo demuestra.
Para evitar ser procesado, un usuario y/o adicto y/o lo que sea tiene que asegurarse que posee pequeñas cantidades.
En la práctica esto significa que deberá contactarse con mucha frecuencia con su proveedor.
Ese argumento es totalmente irracional.
Los jueces aducen que si te encuentran con, digamos, un kg de marihuana, no podés sostener que la tenencia del material estupefaciente tiene inequívocamente como destino tu consumo personal.
¿Por qué?
Yo creo que en estos casos hay una nítida inversión de la carga de la prueba.
Yo excluyo obviamente de la discusión cuando se descubre un cargamento de droga en un camión, porque ahí es evidente que existe el tráfico.
Pero dejando de lado esos extremos, me parece que exigir que un usuario tenga muy poquito es una arbitrariedad jurídicamente insostenible.
Siguiendo esa absurda idea, cuando a un vendedor le queda muy poco encima dejaría de ser traficante y se transformaría automáticamente en usuario.
Para mí -a excepción como ya dije de los cargamentos y esas cosas- el ministerio público debería probar que un fulano es traficante, porque en el derecho lo único que se puede y debe presumir -en todo caso- es la inocencia.
Por otra parte, creo que si el estado no va a penalizar el consumo, entonces tiene que legalizar la producción y el tráfico y blanquear toda la cadena.
Porque no tiene mucho sentido liberar el último eslabón pero mantener en la clandestinidad al resto.
Bueno, esas posiciones jurídicas contradictorias y ambiguas producen siempre fallos ridículos.
Yo estoy resignada a que la clase política no tenga moral, pero lo menos que espero es que tenga un poquito de racionalidad.
¿Pido demasiado?
Creo que el problema del consumo de sustancias ya está completamente fuera de control.
Tal vez sea el momento de establecer políticas socialmente más realistas y eficaces, y abandonar los 'parches' que hacen que el sistema sea más complicado, y por lo tanto más injusto.
Bueno, estoy pensando en esas cosas, y creo que voy a modificar mis puntos de vista en relación a este tipo de asuntos.
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1 comentario:

Sine Metu dijo...

Cuando compro una botella de vino soy usuario, cuando compro una caja soy traficante.
La verdad es que nadie anda por la calle con un cartón de cigarrilos en el bolsillo, lleva solamente un atado.
Creo que para demostrar que uno es traficante debería ser atrapado en el momento de vender, ¿no les parece?