1 de septiembre de 2009

Bueno, yo me opongo


Parece que a la impresentable Fabiana Ríos se le está poniendo cuesta arriba la aprobación del Senado del 'impuestazo tecnológico'.
Claro, ella defiende la normativa, aduciendo que beneficiará a su provincia, lo que puede ser -hasta cierto punto- cierto.
Pero lo que sí es cierto es que la modificación de las alícuotas encarecerá los precios y perjudicará a todos los compradores de esos insumos.
De hecho, los que seguro se pondrán muy contentos son los 'ensambladores' de la isla, porque nada de eso en realidad se produce en el país; los contrabandistas, y obvio el gobierno, porque en todo caso recaudará más.
Es muy posible que la botóxica infame le haya ofrecido esa ley-mamarracho a cambio de que los senadores fueguinos levanten obedientes sus manos cuando haya que votar las otras.
Desesperada ante las dificultades, la Ríos emitió una serie de bolufrases como 'no hay ninguna razón para que el impuesto sea trasladado a precios' o que 'la ley no va en desmedro de todo el país'.
Bueno, ese proyecto de ley -como cualquier promoción- es absolutamente inconstitucional, porque se lleva puesto el principio de igualdad, y en la práctica funciona como si se estableciera una 'aduana interior', pero al revés.
El mercado de los electrónicos es muy dinámico, todos los días aprecen novedades, y hemos comentado muchas veces lo difícil que les resulta a los argentinos acceder a la tecnología informática y de comunicaciones al verse obligados a pagar precios desopilantes con una carga impositiva injustificable.
Pero el proyecto está, diputados lo aprobó, y ahora espera en el senado.
Yo no tengo muchas esperanzas al respecto, porque en la tierra de promisión la insensatez es la regla, pero 'ensambladores' hay en muchas otras provincias y me imagino que sus cámaras algo habrán dicho, y seguramente hay intereses encontrados que los senadores deberán atender.
Pero para la clase política la industria nacional siempre está en estado 'embrionario' y merece subsidios y regalías.
Ese es su concepto de 'competitividad': tipo de cambio, preferencias, y regulaciones absurdas.
Pero yo no quiero pagar más para beneficiar la gestión de esa amorfa que debe tener -como todos- el gobierno lleno de ñoquis y parásitos.
Quiero decir: si no les alcanza la plata que gasten menos, o produzcan más, o ambos/ambas dos, y listo.
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3 comentarios:

Mariano Iraola dijo...

En mi caso, si se aprueba, voy a tener dos opciones para cambiar mi laptop modelo 2006: Compro una fueguina nacional y popular (antes regaalo la plata) o compro al contrabando.
El gobierno nos hace elegir entre mala calidad a alto precio y delito.

Sine Metu dijo...

La revolución de mayo fue una revolución de contrabandistas.
Tal vez haga falta eso otra vez.

Mariano Iraola dijo...

El contrabando es la respuesta del librecomercio a las regulaciones del estado omnipotente.