Que Hashem me escuche

Israel ha permitido y permite el acceso de todos los credos a sus lugares sagrados en Jerusalem.
Pero la progresía buenista pretende alegremente dividir la ciudad, para que finalmente la dominen los árabes palestinos, que todo el mundo sabe que son unos dementes racistas vandálicos e intolerantes.
¿Por qué van a controlar Jerusalem esos terroristas que en nada han contribuido a la civilización ni al progreso del mundo, salvo en hacer popular el terrorismo como arma de extorsión política?
Me pregunto por qué hay que obedecer los deseos de Arabia Saudita.
O hacerle caso a los antisemitas europeos que desde hace mucho hasta les entregaron sumisamente sus mujeres al Islam, porque ni para eso sirven.
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¿Por qué no dividen New York, o Moscú, o París, o Madrid, o Roma?
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Se olvidaron de Rāḫēl, la madre de Yôsēp y de Binyāmîn, que descalza espigaba en esta tierra?

[Irmeiá 31]: 'Se oye una voz en Râmâh, lamentaciones y llanto amargo. Es Rāḫēl que llora por sus hijos, y se niega a ser consolada'.

[Parasha Vaiejí]: Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Rāḫēl en la tierra de Kna-an, en el camino, como media legua de tierra viniendo a Ephrata; y sepultéla allí en el camino de Ephrata, que es Beth-lehem.

Se olvidaron que hace más de tres mil años Yəšaʿăyāhû profetizaba en Eretz Yisrael, en las colinas de Yəhûḏāh y en las calles de Yerushaláyim?
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Si la solución al problema creen que pasa por el desmembramiento y la destrucción del Estado de Israel, lo único que puedo decirles es una cosa que parece que a mucha gente le cuesta decir pero a mí nada, y espero que lo entiendan bien: no.
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