12 de septiembre de 2009

Una mujer y un vaso de vino...


Claudie Haigneré, actualmente presidenta de la Ciudad de las Ciencias, en París, y ex ministra de Asuntos Europeos, tuvo la posibilidad de participar de varias misiones espaciales a bordo de la nave rusa Soyuz.
La primera de ellas, la Soyuz TM-24 en 1996, la embarcó junto con dos cosmonautas rusos para viajar hasta la estación espacial Mir.
Y entre su equipaje, llevó varias botellas de vino (tintos de Savigny-lès-Beaune y Pommard) que las abrió estando en órbita, lo que la convirtió en el primer astronauta en tomar vino en el espacio.
'Llevé un poco de vino de Borgoña a la estación Mir en lugar del vodka autorizado', contó Haigneré en una entrevista publicada por el diario Le Figaro.
'Una vez trasvasado en botellas de plástico y luego de ponernos en órbita, estos vinos no eran tan extraordinarios como en la Tierra. Sin embargo, junto con el resto del equipo, fue un momento de convivencia excepcional'.

La Nación

El artículo en Le Figaro está aquí.
Bueno, todo muy lindo, incluso la propaganda, pero -aunque no me interesan demasiado los detalles- tengo la impresión que Claudie no está contando todo lo que pasó con los rusos, después de.
...
La verdad es que lo que quería decir es que me encantaría que enviaran a una mujer astronauta embarazada para que tuviera su hijo en la Estación Espacial Internacional.
De hecho, ese niño sería el primer extraterrestre.
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1 comentario:

Martín Benegas dijo...

No se si sería conveniente, acordate que la falta de gravedad atrofia los músculos y descalcifica los huesos, imaginate en un recien nacido.