6 de octubre de 2009

La cuestión es solo entre la libertad y el despotismo


En los últimos meses, se ha emprendido una batalla contra un grupo periodístico nacional.
No es inusual que los gobiernos se molesten con los medios: la tensión prensa-poder es natural en la democracia.
Lo que sí resulta inaudito es que se haya puesto todo el aparato estatal (el formal y sus resortes más oscuros) para amedrentar, a través la estigmatización política y la difamación personal.
Una campaña direccionada a Clarín pero que lo excede como destinatario.
Y que revela un objetivo muy claro: desacreditar a los medios de comunicación como contrapeso en la democracia.

Clarín

La Ley de Medios que impulsa el gobierno kirchnerista es un adefesio jurídico claramente anticonstitucional, que -contrariamente a lo que pomposamente declara- limita, ahoga y condiciona gravemente la libertad de expresión en la Argentina.
El montonerato gobernante, sus circunstanciales aliados, y todos aquellos que de una manera u otra apoyan, promocionan o avalan este horrendo proyecto, son merecedores de todo mi desprecio.
Les aclaro que en lo personal leo muy poco a Clarín, y sólo de vez en cuando hojeo durante unos segundos sus tapas a través de la edición electrónica.
Lo mismo me sucede con sus señales de televisión, ya que la mayor parte del tiempo no estoy en el país, y además la TV no es algo que me atrae especialmente.
Y en muchísimas oportunidades he estado en desacuerdo con su línea editorial, y con la forma en que se ha conducido al relacionarse con los gobiernos de turno.
Pero esas consideraciones no son un obstáculo para que deje de defender a Clarín y a todos los otros medios privados, que actúan en el ámbito gráfico, radial o televisivo, en tanto y en cuanto todos ellos en su conjunto constituyen la mejor garantía del ejercicio -pleno y sin limitaciones- de la libertad de prensa.
...
La sanción de esta ley significa un retroceso formidable de la libertad y la democracia en la tierra de promisión, y sospecho que es el primer síntoma nítido del intento de instaurar un régimen dictatorial, intolerante y despreciable, que de ninguna manera estoy dispuesta a soportar.
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El título de este post es una cita que seguramente todos conocen, pero la puse porque resume exactamente lo que pienso y siento.
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3 comentarios:

Hegeliano dijo...

Para este y el post anterior, la solución, si alguna vez sale la ley de los pasillos de tribunales, son un aparato de DirecTV uruguayo, o simplemente su tarjeta y una radio de Internet como esta:

http://soundbridge.roku.com/soundbridge/index.php

Cuesta 100 dolares y estoy encantado, no escucho mas a valeria lynch gritando y tengo mas de 100.000 emisoras de todo el mundo en el control remoto.

La casa de Whesting dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pablito dijo...

Clarín debe ser defendido por la defensa del principio, pero no olvidemos que con sus acciones y omisiones contribuyó al desarrollo del monstruo que hoy lo amenaza.