En mi pared, tengo una imagen de una mujer musulmana envuelta en una burka.
A su lado hay una imagen de una norteamericana participando en un concurso de belleza con nada puesto sino un bikini.
Una mujer está totalmente oculta del público; la otra está totalmente expuesta.
Estos dos extremos dicen mucho acerca de la lucha de las así llamadas 'civilizaciones'.
El papel de la mujer está en el corazón de cualquier cultura.
Aparte de robar el petróleo árabe, la inminente guerra en el Medio Oriente está a punto de despojar a los árabes de su religión y cultura, intercambiando la burka por un bikini.
Yo no soy un experto en la condición de las mujeres musulmanas y yo amo demasiado la belleza femenina como para hacer aquí gestión por la burka.
Pero estoy defendiendo algunos de los valores que la burka representa para mí.
Para mí, la burka representa la consagración de una mujer a su esposo y a su familia.
Sólo ellos la ven.
Ella afirma la privacidad, la exclusividad y la importancia de la esfera doméstica.
El foco de la mujer musulmana es su hogar, el 'nido' donde sus hijos nacen y son criados.
Ella es la hacedora del 'hogar', el núcleo que sostiene la vida espiritual de la familia, alimenta y enseña a sus hijos, dándole refugio y apoyo a su esposo.
En contraste, la reina de la belleza norteamericana en bikini se pavonea prácticamente desnuda frente a millones de personas en televisión.
Una feminista, ella se pertenece a sí misma.
En la práctica, paradójicamente, ella es propiedad pública.
Ella pertenece a nadie y a todos.
Ella vende su cuerpo al mejor postor.
Ella se está subastando a sí misma todo el tiempo.
En Norteamérica, la medida cultural del valor de una mujer es su atractivo sexual.
Este valor se deprecia rápidamente, y ella está neuróticamente obsesionada con la apariencia y plagada por problemas de peso.
Como una adolescente, su modelo a seguir es Britney Spears, una cantante cuyo acto se aproxima al strip tease.
De Britney, ella aprende que será amada sólo si ofrece sexo.
De esta forma, ella aprende a 'engancharse' en lugar de a exigir un cortejo paciente y el verdadero amor.
Como resultado de esto, docenas de hombres la conocen antes que lo haga su esposo.
Ella pierde su inocencia, lo cual es parte de su encanto.
Se vuelve dura y calculadora.
Incapaz de amar, ella no es apta para recibir la semilla de su esposo.
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Esto, por supuesto, es la meta de los ingenieros sociales del Nuevo Orden Mundial: minar la identidad sexual y destruir la familia, crear disfunción social y personal, y reducir la población. En el 'agresivo nuevo mundo' no se supone que las mujeres sean hacedoras de 'nidos' o progenitoras de la raza.
Se supone que ellas deben ser criaturas autónomas, castradas, que se satisfagan en el sexo por placer físico, no por amor y procreación.
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El feminismo es otro cruel engaño del Nuevo Orden Mundial que ha pervertido a las mujeres norteamericanas y ha despojado a la civilización Occidental.
Ello ha arruinado millones de vidas y representa una amenaza letal para el Islam.
The Religion of Islam
Todo muy lindo, pero no.
Porque esa teoría omite un elemento fundamental de la ecuación, que es la libertad.
En este occidente tan 'degenerado' que describe la visión islámica, las mujeres nos vestimos como se nos antoja, y no existe ninguna ley o mandato divino que nos obligue a que utilicemos determinada vestimenta.
Hecha la aclaración, se entiende entonces fácilmente qué es lo que ellos llaman 'la amenaza letal para el Islam'.
Bueno, la libertad es la enemiga de la servidumbre, y parece que no lo terminan de admitir.
La espesa maraña de regulaciones islámicas respecto de la vida de la mujer provoca todo el tiempo tensiones y contradicciones, como sucede con la reciente reinvindicación de las mujeres saudíes de tratar de ser ellas las que vendan al colectivo femenino los sostenes y las bombachas.
Los hombres tienen prohibido hacerlo, pero a las mujeres no las dejan trabajar en los centros comerciales porque ahí hay hombres, y aún no saben cómo salir del atolladero que ellos mismos crearon con sus legislaciones absurdas.
La ideología islámica, o sus 'ingenieros sociales' como a ellos les gusta tanto decir, son responsables de la aberración que significa castigar con cárcel y latigazos a las pobres mujeres que son violadas en sus territorios, para mencionar una de las muchas otras lindezas que los caracterizan.
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Considerar que una mujer porque usa bikini es 'propiedad pública' es algo tan idiota que no vale la pena que me detenga en analizarlo.
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Todo el mundo sabe que la sociedad occidental no es perfecta, y que debe evolucionar en muchos aspectos.
Bueno, creo que el Islam es un punto de referencia que hay que tener presente, pero no como un modelo a imitar sino para tener bien en claro qué es lo que no hay que hacer.
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1 comentario:
Viste cómo borra de un plumazo cada acto de libertad individual (valga la redundancia) adjudicándolo al accionar de "ingenieros sociales del Nuevo Orden Mundial" (tácitamente ya sabemos de quiénes habla). Así convierte a las mujeres occidentales en "las manipuladas", y no las musulmanas.
Lo bueno que podemos sacar de ésto es que confirmamos qué formas tiene el arma que será más letal contra ellos :)
PD. Sospecho que el autor escribió la nota con una sola mano, mientras con la otra, miraba al poster del bikini y su agente del Nuevo Orden.
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