3 de octubre de 2009

¿Quieren que Kraft se mude a Brasil?


Una multa de cerca de 14 millones de pesos, equivalente a US$ 3,5 millones.
Es lo que deberá pagar al Estado la empresa estadounidense Kraft Food por no permitir el ingreso a trabajar a cuatro de los 11 delegados de la Comisión Interna, tras las negociaciones por el conflicto entre empleados despedidos y la fábrica.
Al menos, es la sanción que le podría imponer el Ministerio de Trabajo, ya que la compañía incumplió con uno de los siete puntos del acta que firmaron las partes durante la negociación el lunes.

Perfil

A los quilomberos que cortaron los accesos, marcharon por todos lados dejando todo un chiquero, entorpecieron el tránsito y atentaron salvajemente contra los derechos de millones de personas, seguramente los van a declarar 'ciudadanos ilustres'.
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5 comentarios:

Klaus Pieslinger dijo...

Entrevista radial por José Benegas

raúl dijo...

Había escuchado la entrevista, es para la antología del disparate y la estupidez.

Ojalá Kraft se mude mañana mismo a Brasil, o Uruguay, o Chile. Y como dijo un lector en Perfil, que esta manga de hijos de puta vayan a comer a los basurales. Lo lamentaré por los que verdaderamente quieren trabajar.
Argentina es inviable.

Andy dijo...

En ese caso, este gobierno es perfectamente capaz de "argentinizarla", por la fuerza, entregársela a los "trabajadores del Sindicato" de Daer, obvio;o los de las Madres, o alguna de las de Piqueteros.... Estén seguros que los "activistas", los "estudiantes", a los basurales no van a ir; los que realmente quieren trabajar y no tienen "militancia" alguna, seguro que sí.
Resultado, ¡nunca más comeremos una galletita Terrabusi de Industra Argentina!

daniel - דניאל dijo...

Intentar mantener un diálogo con alguien como Vanina Biasi es de una candidez conmovedora... a menos claro que se trate de ponerlos en evidencia.

raúl dijo...

Es muy típico de José Benegas dejarlos hablar para ponerlos en evidencia. Pero sólo unas pocas mentes claras lo pueden advertir, desgraciadamente para nosotros, Daniel.
Lo más desopilante fue cuando se enojó al preguntarle José qué haría ella de tener una empresa. Fue como si la hubiera puteado.