26 de diciembre de 2009

Andá a reclamarle a Arafat

A renowned British journalist and author says major powers in the international community are 'complicit in Israel’s crimes and ethnic cleansing' in Gaza and the occupied Palestinian territories.
In an exclusive interview with IRNA on the occasion of the first anniversary of the Israeli invasion of Gaza, Alan Hart also urged people in Western nations to 'put pressure on their governments' to help the people of Palestine.
'Western governments find it very hard to confront with the Zionist lobby unless ordinary people in Western nations, and Americans specially, are informed enough about Israel’s crimes so that they could put pressure on their governments to deal with it'.
Hart, the author of the two-volume book 'Zionism; the real enemy of the Jews', added that more people across the world are becoming informed of the crimes of Zionists in Gaza and the occupied Palestinian lands.


Islamic Republic News

En la parte final del artículo el antisemitismo se muestra en todo su siniestro esplendor: 'forzar a Israel a regresar a las fronteras de 1967'.
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Bueno, no quiero ser amarga, pero la fórmula 'paz por territorios' no funcionó.
Debería saber este buen señor que al Estado de Israel no lo fuerza nadie, y que ya es hora que todos los buenistas amorfos dejen de decir boludeces.
Los árabes no han dejado de intentar borrar a Israel del mapa desde que se fundó, y hasta el impresentable de Yasser Arafat en un error histórico de dimensiones colosales supo negarse a esa propuesta y continuó con la segunda intifada matando a más de mil israelíes.
Al Fatah fue fundada antes de la guerra del 67, y en su constitución, que si no me equivoco es del 64, incluye una cláusula taxativa que apunta al no reconocimiento y a la destrucción del pueblo judío.
Ni hablemos de la de Hamas, que dice 'Israel existirá y continuará existiendo hasta que el Islam lo destruya'.
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El problema, obviamente, es previo, y el conflicto de Medio Oriente no es una simple cuestión fronteriza.
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Bueno, el discurso de los bienpensantes que alegres bailan en la vereda de lo políticamente correcto siempre es así: mentir, omitir, confundir, y falsear los hechos.
A lo mejor por eso tiene tanto éxito.
Posiblemente los que lo admiten se sienten cómodos al escucharlo simplemente porque comparten esos valores.
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