Comete esa

Gran revuelo en el vecindario porque la botóxica infame pretendió ocultar su recibo de sueldo, aduciendo que eso pertenecía a su esfera íntima, como sus sostenes, sus bombachas, o sus juguetes.
Al final parece que la jovata mal recauchutada lo mostró, y los que lo vieron dicen que a bolsillo cobra casi veinte palos.
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Me vuelve el tema de los sueldos de los presidentes.
Se supone que el Estado debería pagarles lo suficiente para que vivan bien, quiero decir, para que no anden preocupados porque no llegan a fin del mes, como les pasa el resto de los pelotudos que con sus impuestos alegremente mantienen a quienes los mandan.
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Como quiera que sea, me resulta indiferente que la descerebrada gane veinte palos, o cincuenta, o cien.
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Lo curioso de todo es que además del sueldo, la 'familia presidencial' vive en el mejor de los mundos, y a todos sus integrantes sin excepción el Estado les paga absolutamente todos sus gastos, por extravagantes que éstos sean.
En la práctica, ellos viven como si fueran reyes, reinas, príncipes, princesas, y etc.
Por algo será que los políticos son la realeza de la democracia.
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Desde otro ángulo, sería tal vez algo virtuoso que los presidentes ganaran el mínimo, para que se dieran cuenta de las penurias que soportan sus subordinados.
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Pero hoy no quiero ser amarga, así que voy a admitir que tengan un buen ingreso, porque no tiene mucho sentido discutir estas cosas.
Lo que no puedo aceptar de ninguna manera es que encima el Estado les pague todos los gastos, y atienda solícito todos sus ridículos caprichos.
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Que cobren un buen sueldo, vaya y pase, pero nada más.
Que se administren, que paguen sus abultadas cuentas, y que hagan algunas economías como todo el mundo.
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Supe contarle a Zapi alguna vez que, dentro de lo razonable, en lo personal no tengo dificultades, y que mi capital -al que supe en algún momento de entusiasmo multiplicar unas cuantas veces- proviene en realidad de la herencia.
Bueno, la forma más honesta de tener dinero es heredándolo, porque los que robaron fueron otros, y con eso nadie puede hacer ningún reproche.
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Es obvio que eso de dentro de lo razonable es algo bastante relativo, porque estoy segura que para mucha gente puedo ser rica, pero al mismo tiempo para otra extremadamente pobre, así que todo en definitiva es una cuestión de comparaciones.
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Por ejemplo, si mi televisor se quema yo no puedo salir corriendo y comprarme otro, y sí o sí tengo que ahorrar y hacer algunas piruetas para reponerlo.
Y creo que al 99% de las cosas que me gustan y veo en las vidrieras les tengo que decir que no, sencillamente porque no puedo sostener esos consumos.
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Lo cierto es que -con mucho o con poco- yo pago mis gastos.
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Esa situación, teniendo en cuenta mi naturaleza ávida de cosas lindas-que obviamente comparto con el resto de la humanidad- me obliga sí o sí a armonizar el libro de caja.
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En definitiva, y para no abundar, creo que el tema del recibo de la botóxica es una nimiedad, y que lo que tendrían que publicar es lo que gasta mensualmente la Unidad Presidencia.
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Una amiga que es una de las contadoras de la repartición oficial que se ocupa entre otros de estos insignificantes y siempre secretos temas republicanos me comentó al pasar que que con ligeras variaciones en general tendientes a la suba, en la tierra de promisión hablando de gastos fijos estamos en US$ un millón por mes, sin contar vestuarios, viajes al exterior y demás absurdismos infames que fácilmente duplican y hasta triplican esa cifra.
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Bueno, no puedo ni imaginármelo.
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Ahora hasta los medios 'opositores' están haciendo encuestas tontas, preguntando si 20 palos por mes es mucho, es poco o está bien.
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Me gustaría que preguntaran si US$ un millón por mes es mucho, es poco, o está bien.
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