13 de diciembre de 2009

Comparaciones


Salvo para sus víctimas, el miedo es un gran negocio.
Especialmente para las 800 empresas de seguridad privada e investigaciones que operan en todo el país.
Según fuentes de las cámaras que los agrupan, llegan a facturar unos 800 millones de pesos por mes y casi 10 mil millones al año, la misma cifra que está prevista en el presupuesto nacional para todo el sistema penal, de seguridad interior y de inteligencia que, para todo 2010, prevé un gasto total de 9.892 millones de pesos.
Es decir que el dinero que embolsan estas empresas supera a las erogaciones públicas para el sostenimiento del Sistema Penitenciario Federal, Gendarmería Nacional, Prefectura, Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportuaria y los pocos gastos que blanquea el presupuesto argentino para la Secretaría de Inteligencia, cuyo presupuesto total ha sido siempre un enigma.
Eso no es todo: la facturación anual del negocio de la vigilancia privada supera en 1.900 millones a todo el presupuesto previsto para el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea en 2010 y es casi idéntico a toda la partida prevista para financiar el sistema de salud pública.

Crítica

Bueno, en realidad cualquier cosa supera el presupuesto de las Fuerzas Armadas y de Seguridad o de la Salud Pública en la tierra de promisión.
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