19 de diciembre de 2009

Parientes de visita: abstenerse

Las abultadas multas por el consumo de agua pretenden llamar la atención para que se cumpla con las restricciones necesarias.
Sin embargo, se han convertido en un castigo excesivo.
Los castigos tienen que ser acordes con las faltas que se cometen y en este caso no lo son, convirtiéndolos en un abuso hacia los habitantes.
Cuando esto sucede, aun cuando la causa que lo generó sea legalmente aprobada, se convierte en ilegal por desmedido.
El sistema que han elegido para calcular las tarifas y los montos a pagar por el agua de consumo es generalizado, como si todas las familias fueran iguales, todas las casas iguales y las necesidades de agua de las personas iguales.
De acuerdo a esta formula está prohibido recibir a tu familia en tu casa, aunque se trate de tus hijos o nietos o de tus padres, ni darles cobijo si no tienen vivienda por determinado período o simplemente aceptar su visita por unos días cuando viven en otra ciudad.
Si lo haces serás penalizado.
Desde ahora tendrás que avisarles que no vengan y si insisten es mejor alquilarles un hotel ya que un metro cúbico de agua puede llegar a costarte 27 shékels entre la tarifa superior y la multa que te aplicarán.
Cuentan a las personas que viven en la casa en forma permanente como si un hogar fuera algo cerrado, como si se tratara de una cárcel o un recinto en el que nadie puede entrar o quedarse, como si la vida de las personas fuera aislarse y quedar recluidos cada uno en su sitio.
El mecanismo elegido para aplicar multas es injusto pero se convierte en abusivo cuando anteriormente ya está penalizado el consumo excesivo en las propias tarifas, cuyo precio es diferencial y donde se aplica la misma fórmula.
Por lo tanto se aplica un castigo sobre otro castigo, sin contar los anuncios de nuevos aumentos previstos a partir de enero del año 2010 en cuya decisión los ciudadanos no tenemos ni la mínima oportunidad de incidir.
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Existe un problema con el agua en Israel, una realidad que no podemos desconocer y que también sucede en otras partes del mundo.
Estas medidas generalizadas se aplican por igual a quien gana 3.500 shékels mensuales o a quienes tienen muchos ingresos, lo que las vuelve a calificar de injustas.
Los responsables tienen que darse cuenta que pueden haber casos especiales y debe abrirse una instancia para que los ciudadanos puedan plantearlos.
Eso de pague o lo mandamos a juicio, le embargamos la cuenta del banco, o respuestas similares son explícitamente una extorsión intolerable.
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Bernardo Ptasevich

Las tarifas en su primer etapa son de 3.56 shékels el metro cúbico, en su segunda etapa pasan a 4.90 shékels y en la tercera, a 6.79 shékels.
Sobre estos precios inflados -que ya incluyen una importante sanción- se aplican ahora multas de 20 shékels por cada metro cúbico que se use por encima de la base de consumo permitida.

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