10 de diciembre de 2009

¿Quiénes son los intolerantes?


Como era de esperarse, el ministro de relaciones exteriores de Irán amenazó a Suiza, tras el voto de la prohibición de los minaretes, con las 'consecuencias' que debería enfrentar.
En tanto, desde la otra parte del ruedo, Daniel Cohn-Bendit sorprendentemente dijo que lo que tenían que hacer los musulmanes era retirar su dinero de los bancos suizos.
Para seguir con tal lógica, entonces los países occidentales debieran cesar de exportar e invertir en las naciones musulmanas.

A ver cómo aguantarían.
Cómo es posible que exijan tanto si, por ejemplo, la primera iglesia jamás construida en Qatar, Nuestra Señora del Rosario, en 2008, se erigió sin cruz, sin campana, sin cúpula, incluso sin señalización o panel de que se trata de una iglesia.
El padre del templo dijo: 'La idea es ser discreto porque no queremos inflamar ninguna sensibilidad'.
Que ya se sabe que la sensibilidad de los musulmanes es explosiva, y peligrosa.
¿La de los cristianos y otros creyentes? Bien, gracias. Que se jodan.
Después de mucho tiempo, en Egipto al fin se obtuvo permiso para restaurar la torre de una iglesia.
Para qué fue aquello.

Fue atacada por los musulmanes, furiosos.
Y, como se sabe, los coptos han tenido que pasar a rezar en iglesias secretas, en una vuelta atrás a cuando los primeros cristianos eran perseguidos por el Imperio romano.
Los cristianos y otros se reducen y confinan, resignados, en varios países musulmanes a acusar un 'low profile', haciendo lo que pueden.
En tierras cristianas, por el contrario, los musulmanes exigen la mayor visibilidad posible, y no sólo con los dichosos minaretes.
Ciertamente, en los países que históricamente fueron focos naturales, en el Medio Oriente, del cristianismo temprano, como Siria, Jordania, la denominada 'Palestina', la minoría cristiana, hasta tanto sé en estos momentos, no enfrenta problemas determinados.
En el resto, sí, y el caso más paradigmático es el de Arabia Saudita, donde la policía religiosa hace 'razzias' en las casas de los sospechosos de cristianizar en la época de Navidad, a ver si han puesto el arbolito y están celebrando.
Pero, oh, los musulmanes poseen argumentos para todo.
Aducirían que Arabia Saudita no es un "país sino un 'territorio privado', perteneciente a los Saud, quienes hacen en su dominio lo que les da su gana religiosa.
Más aún, que Arabia Saudita es como el estado del Vaticano para los cristianos.
¿Quién ha visto una mezquita en el Vaticano?
Well, díganme cuántos kilómetros cuadrados posee el Vaticano y cuántos Arabia Saudita.
Díganme si el Vaticano posee petróleo debajo de la iglesia de San Pedro.

Quiero decir, que los saudíes necesitan del 'know how' occidental para extraer su petróleo y otras cosas, y sucede que estos expatriados tienen una religión que no es la musulmana, la cual no pueden profesar.
Así, los musulmanes tienen dos raseros en la cuestión de la fe.
Uno para los países de donde no son originarios, y otro para sus propias tierras.
En otras palabras: haz, ¡y a la fuerza!, lo que yo digo y no lo que yo hago.

La Casa de la Noche

En Arabia El Corán es la constitución.
La ley prohíbe a los cristianos todo tipo de culto, catequesis u oración pública e incluso privada en sus propias casas.
Está prohibido celebrar las fiestas cristianas e incluso felicitar la Navidad por teléfono (mientras se obliga a todo el mundo a celebrar el Ramadán), asimismo se prohíbe tener en casa Evangelios o llevar encima símbolos religiosos.
En Arabia, Israel y los judíos ni siquiera son llamados por su nombre.
Son 'la entidad criminal sionista', son 'la nación de cerdos y de monos'.
El odio y la enemistad para con ellos son predicados con la fuerza de un imperativo teológico 'a gloria de Alá'.
Son 'malvados y traidores desde siempre' y merecen solamente la guerra.
Pero no una guerra cualquiera, sino acciones de exterminio.
...
Para no hablar de los talibanes que destruyen los Budas porque así se los ordenó Alá, y que las pirámides de Egipto se salvan únicamente porque son demasiado grandes, aunque más de un califa intentó demolerlas, y etc, etc.
...
Por supuesto, la comunidad internacional que transita por la vereda políticamente correcta está muy ocupada con el tema de los minaretes en Suiza o con las casas que construyen o dejan de construir los judíos en su propio país, como para perder el tiempo en estas minucias.
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