4 de diciembre de 2009

Veremos...


Entre mediados de julio y estos finales de diciembre, los de Olivos apretaron el acelerador y le sacaron hasta la última gota de leche a un Congreso donde el oficialismo vota a ojos cerrados, abrumado de miedo e intoxicado de obediencia debida.
Eso ahora se termina, pero el paquete de normas logradas por el kirchnerismo es de alcances faraónicos: medios de comunicación, asignaciones universales, estatización de empresas y, sobre el final, la famosa 'reforma' política.
Esa reforma, ¿fue una auténtica y trascendente reformulación de la precaria y sospechosa actividad política argentina?
¿La elección de candidatos electorales por los partidos a través de internas 'abiertas, simultáneas y obligatorias' solucionará la falta de credibilidad de las organizaciones políticas?
¿Se introdujo tal vez la boleta única o el voto electrónico?
¿Se impedirá desde ahora la estafa obscena de las candidaturas truchas llamadas 'testimoniales', el más descarado fraude político acuñado por el oficialismo en las pasadas elecciones?
¿Se reprimirán las versiones más descaradas y crudas del transfuguismo, mediante el cual el poder del dinero oficial compra cuanto gobernador, senador o diputado se proponga adquirir?

¿Se transparentará el financiamiento de la vida política si la herramienta financiera será manejada en exclusividad por el gobierno de turno?

No.

Pepe Eliaschev

Lo peor de todo posiblemente sea la prórroga de la 'emergencia económica', que le permite a Kirchner -en la práctica- manejar el país a su antojo.
Mucho me temo que la transitoria unión en diputados de una oposición naturalmente dispersada tuvo solamente la intención de actualizar los liderazgos en los espacios de negociación y medir fuerzas entre ellos mismos.
Y es muy posible que cuando logren ponerse de acuerdo en algo, reciban como única respuesta el veto presidencial.
No quiero ser amarga, pero creo que Rossi tiene razón cuando dice que 'la oposición construyó una mayoría circunstancial'.
Bueno, el populismo y el dirigismo son los denominadores comunes en la clase política argentina, y con frecuencia las discusiones de los opositores con el oficialismo se limitaron a los matices, y no al fondo de las cosas.
Así, el kirchnerismo obtuvo las leyes que quiso sin mucho esfuerzo, aprovechando esa debilidad y en un marco de disciplina interna descomunal, que para obedecer la orden de 'no tocar ni una coma' de los proyectos, llegó al extremo de legislar disparates amorfos.
...
Como quiera que sea, lo que pasó en diputados no deja de ser bueno.
Pero por ahora es algo simbólico, y nada más.
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