Yegua, pescado, y algo más

No existe un 'excedente' de reservas, porque el tesoro está lleno de pagarés de un estado insolvente, que a su vencimiento serán reemplazados por otros y así sucesivamente.
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Y honrar la deuda con reservas -y no con superávit- implica obviamente más endeudamiento.
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El BCRA compra dólares emitiendo pesos, y enseguida para evitar el coletazo inflacionario sale a esterilizar comprando pesos a cambio de Letras que devengan interés.
Las tasas obviamente suben, y el endeudamiento aumenta más.
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La deuda cuasifiscal es el círculo vicioso perfecto, es el desendeudamiento endeudado llevado a su máxima expresión.
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Los dólares físicos se van volando a los acreedores, y en el país quedan menos reservas (reemplazadas por papelitos) y más obligaciones a pagar por las inevitables Letras esterilizantes anti hiper-inflación.
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Esas Letras enseguida vencen, y entonces se pagan con pesos.
Estos pesos, o se absorben con nuevas Letras, o se obtienen rapiñando algún fondo, como la ANSES, o directamente de la recaudación, aumentando el gasto público.
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Otra consecuencia inexorable de estas medidas es la inflación, esa gran licuadora de pasivos que azota impiadosamente la tierra de promisión.
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Porque la inflación no es más que una devaluación encubierta.
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Pese a ejercer una presión impositiva extrema, el Estado sigue gastando más de lo que recauda.
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El maquillaje contable de alguna manera atenuará las grietas, y el INDEC amortiguará el terrible bajón.
Los dólares manoteados al Central serán sustituídos por nuevos pagarés, que como los demás a su vencimiento serán renovados.
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El balance del Central -en los papeles- será neutro.
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Lamentablemente, la realidad será otra.