24 de enero de 2010
Ahora resulta que el yuyo es bueno
Aunque quiso presentarlo como repaso y anuncio de los supuestos éxitos de la política oficial en materia económica, la presidenta Cristina Kirchner hizo en la semana que pasó una ampulosa y verborrágica presentación pública en la que celebró el rotundo fracaso de una de las políticas que más firmemente defendió.
La titular del Ejecutivo sostuvo, como si se tratara de una verdad revelada, que se espera -aunque ella la dio por segura- una excelente cosecha de soja.
Ella es la misma Presidenta que se propuso, afortunadamente sin éxito, la desojización del país.
Nada dijo de la peor cosecha de trigo en más de dos décadas, producto de la menor área sembrada en más de cien años.
El 'yuyo', como lo llamó despectivamente en 2008 en plena batalla por el aumento de la presión tributaria a los productores, es ahora la única esperanza para salir del pantano fiscal en el que los Kirchner se metieron con su política de gasto enloquecido, al que denominan 'redistribución'.
En 2009, los menores precios de exportación hicieron caer los ingresos fiscales del Tesoro y la solución que los Kirchner encontraron fue apropiarse de los recursos destinados a pagar haberes y servicios de salud a los jubilados para financiar, incluso, proyectos más que discutibles, como el denominado 'fútbol para todos'.
La esperanza para 2010 es que los derechos de exportación aporten a partir de abril muchos más recursos que en el año último, básicamente por la venta de la cosecha del 'yuyo'.
Habrá que verlo, porque el Gobierno necesita, y muchos sectores económicos esperan, que no sólo haya buena producción de soja y buenos precios, sino también que los productores vendan lo que producen en lugar de atesorarlo en silos, como pasa en los momentos de gran incertidumbre política y económica.
El clima que han creado los Kirchner con las temerarias maniobras para dilapidar las reservas del Banco Central y destituir al presidente de la autoridad monetaria por un procedimiento viciado de autoritarismo no ayuda para nada.
La Nación
Bueno, es tal el desastre que han hecho los Kirchner que no creo que la cosa sea tan fácil.
Todo está atado con alambre en la tierra de promisión.
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1 comentario:
Perdón Rachel, pero habida cuenta del estado de las cosas valdría aclarar el tipo de alambre con el que esta atado el desastre... yo diría que el alambre es de estaño.
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