15 de enero de 2010

El fraude kirchnerista

Lo que parece quedar claro es que la situación fiscal es insostenible, y Cristina Kirchner, al afirmar que la Argentina está aún en default, desmiente a su esposo, Néstor, quien durante su mandato dijo que el problema de la deuda estaba arreglado, que los acreedores que no acordaron en el anterior canje jamás cobrarían un centavo y que había que hacer una ley cerrojo para asegurarse que jamás se les pagaría, ni con reservas ni con ningún otro recurso.
Ahora acusan de apátridas a quienes proponen que si hay un pago no sea con los activos que respaldan el circulante y las letras y notas del Banco Central (esto es, las reservas).
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No sólo queda a las claras que ahora hay déficit.
Si se admite que a los bonistas que no acordaron en el canje anterior hay que pagarles intereses desde entonces, la verdad es que o fue más chico o no existió el superávit que se informó en ese período.

La Nación

Bueno, lo cierto es que el tan mentado superávit nunca existió.
Esa fantasía se basó en informaciones falsas y también en estafas varias.
Por ejemplo, la manipulación de los datos de la inflación permitió que el gobierno le robara alegremente a los tenedores de títulos indexados.
Y una contabilidad propia de mafiosos permitió poner en el haber lo que debía de estar en el debe.
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Lo mismo sucedió con las famosas reservas, que fueron burdamente infladas.
Solamente a un demente o a un crápula se le ocurriría considerar que un pagaré del gobierno es un activo.
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Pese a gozar de una recaudación impositiva record, el gobierno ha metido mano en lo que ha podido, como los fondos de pensión, los de la seguridad social, o incluso del PAMI.
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Todo el programa económico del kirchnerismo es un gigantesco fraude, que dejará un país sumamente debilitado, con una distorsión de precios inmanejable, y agujeros por todos lados.
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Ni que hablar del desprestigio internacional que han provocado sus conductas mafiosas, caprichosas e incoherentes.
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Los que creen que la situación de la tierra de promisión es igual a la del 2001, se equivocan: es mucho peor.

1 comentario:

Voromir dijo...

Segun mi reloj, son como las diez de la noche para este ¿Gobierno?, todavía no son las 12, pero estamos bastante cerca.

Voy calentando la pava para el mate.