Escritor 'de talento infinito', como le definió Ernest Hemingway tras conocerle en París durante la segunda guerra mundial, años antes de que publicara su obra magna, Salinger llevaba lejos de la vida pública prácticamente cinco décadas, cuando tras el inesperado éxito de El Guardián entre el centeno -The Catcher in the Rye- convertido en best seller el mismo año de su publicación, 1951, decidió abandonar Nueva York e instalarse en el campo, en la misma casa en la que falleció.
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Se acercaba así al deseo del mordaz y afilado protagonista de su novela, Holden Caufield, quien en un pasaje del libro afirma: 'me gustaría encontrar una cabaña en algún sitio y con el dinero que gane instalarme allí el resto de mi vida, lejos de cualquier conversación estúpida con la gente'.
El País
28 de enero de 2010
Jerome David Salinger
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3 comentarios:
Hete aquí el único libro que hace mucho tiempo supe leer de JD.
Lo debe haber perdido en la mudanza
yo pensaba que el tipo se hizo conocido gracias a Mark Chapman...
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