Mientras tanto, en el conventillo

La presidenta Cristina Fernández, y su esposo, Néstor Kirchner, analizan qué hacer con el candente Fondo del Bicentenario.
El tumultuoso plan de pagar deuda con reservas, que ha generado un escándalo político y hasta judicial por el despido por decreto de Martín Redrado en el BCRA, podría finalmente quedar en nada, o al menos cambiar radicalmente su esencia.
Anoche el ministro de Economía Amado Boudou estuvo en Olivos con el matrimonio presidencial (del encuentro participó también el secretario Legal y Técnico de la Presidencia Carlos Zanini) y barajaron varias opciones para enfrentar un tema que los especialistas advirtieron a los Kirchner cuando se anunció el famoso Fondo del Bicentenario: el de los seguros embargos que vendrán de parte de los bonistas que quedaron fuera del canje, los hold outs, intentando hacerse de los dólares destinados a pagar deuda.

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Es difícil de explicar cómo después de la devaluación, la pesificación asimétrica, la quita fenomenal, los ingresos extraordinarios por las retenciones agropecuarias, la presión impositiva atroz, etc, etc, la tierra de promisión sigue teniendo los mismos problemas de siempre a la hora de pagar la deuda.
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Bueno, en realidad el Fondo del Bicentenario no es para pagar nada, sino para continuar con el despilfarro.
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