Mientras tanto, en mi mundo

Y Mōšeh dijo a Elokim: 'Por favor, déjame verte'.
Y Di-s le contestó: 'Toda mi bondad va a pasar delante de tí, porque tengo piedad de quien quiero, y doy mis favores a quien los quiero dar. Pero mi cara no la podrás ver, porque no puede verme el hombre y seguir viviendo. Mira este lugar junto a mí. Te vas a quedar de pie sobre la roca, y cuando yo pase te pondré en el hueco de la roca y te cubriré con mi manto hasta que yo haya pasado. Después sacaré mi mano y tú entonces verás mi espalda, porque mi cara no la puedes ver'.

Ve-eleh shemoth 33 18,23

Bueno, eso sucedió luego del fantástico episodio de la Tienda de las Citas Divinas, del que si quieren les puedo contar algunas cosas cuando esté un poquito más inspirada.
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Esta judía insignificante y rústica no quiere morir, obvio, pero pacíficamente daría todo lo que tiene, incluso su vida, por ver el rostro de Di-s.
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