Me llamó la atención este artículo de La Nación sobre el auge de los asaltos en los countries bonaerenses.
Recuerdo que cuando vivía en Argentina en los años '90 estuvimos valorando con mi esposa la posibilidad de comprar una casita en un country. Uno de los que vimos fue Nordelta.
A mí no me cerraba del todo esa opción de aislarse en un micromundo tan idílico como irreal. No por cuestiones de conciencia social sino porque tenía toda la pinta de que iba camino a derrumbarse en el mediano plazo.
El modelo de urbanizaciones lujosas de la onda de la serie "Mujeres desesperadas" pegadas a villas miseria no iba a resistir mucho tiempo en equilibrio.
1 comentario:
La izquierda tiene el vicio de tomar fotos instatntáneas de la readlidad -cuando no la ignora por completo- y así no se comprende la dinámica de cualquier fenómeno "social" que tanto le gusta diagnosticar:
Los "countries" no se levantan pegados a villas "miseria"; son éstas las que toman forma una vez construido y en funcionamiento tales emprendimientos, tal vez buscando qué rapiñar de los sobrantes de estos microsistemas.
Ninguna de las dos existían previamente en cada ubicación.
Publicar un comentario