Isaiah 2,2.4
ושפט בין הגוים
והוכיח לעמים רבים
וכתתו חרבותם
לאתים וחניתותיהם
למזמרות לא־ישא
גוי אל־גוי חרב
ולא־ילמדו עוד
מלחמה׃
VShPhT BYN HGVYM VHVKYCh L'yMYM UrBYM VKThThV ChUrBVThM L'aThYM VChNYThVThYHM LMZMUrVTh L'a-YSh'a GVY 'aL-GVY ChUrB VL'a-YLMDV 'yVD MLChMH.
And he shall judge among the nations, and shall rebuke many people: and they shall beat their swords into plowshares, and their spears into pruninghooks: nation shall not lift up sword against nation, neither shall they learn war any more.
Durante ocho largos años, Hamas disparó desde Gaza miles de misiles, morteros y cohetes contra ciudades israelíes cercanas.
Año tras año, mientras estos misiles eran deliberadamente lanzados contra nuestros civiles, ni una resolución de la ONU fue aprobada condenando esos criminales ataques.
No oímos nada –absolutamente nada– del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, una
institución con un nombre equivocado, si alguna vez hubo alguna.
En 2005, con la esperanza de hacer progresar la paz, Israel se retiró unilateralmente de cada centímetro de Gaza.
Desmanteló 21 asentamientos y desarraigó a más de 8.000 israelíes.
No obtuvimos paz.
En su lugar obtuvimos una base de terrorismo apoyada por Irán a ochenta kilómetros de Tel Aviv.
La vida en poblados y ciudades israelíes cercanas a Gaza se convirtió en una pesadilla.
Como ven, los ataques con cohetes de Hamas no sólo continuaron, se incrementaron diez veces.
Nuevamente, la ONU se mantuvo en silencio.
Finalmente, después de ocho años de esta incesante agresión, finalmente Israel se vio forzado a responder.
¿Pero cómo debíamos responder?
Bueno, sólo hay un ejemplo en la historia, de miles de cohetes siendo disparados sobre la población civil de un país.
Ocurrió cuando los nazis dispararon cohetes sobre ciudades británicas durante la 2ª Guerra Mundial.
Durante esa guerra, los aliados arrasaron ciudades alemanas, causando cientos de miles de bajas.
Israel eligió responder en forma diferente.
Enfrentado a un enemigo que cometía un doble crimen de guerra, disparando contra civiles mientras se escudaba detrás de civiles, Israel buscó efectuar ataques quirúrgicos contra los lanzadores de cohetes.
Esa no fue una tarea fácil porque los terroristas disparaban misiles desde casas y
escuelas, usando mezquitas como depósitos de armas y escondiendo explosivos en ambulancias.
Israel, por el contrario, trataba de minimizar las bajas urgiendo a los civiles palestinos a que abandonaran las zonas de objetivos.
Lanzamos incontables volantes sobre sus casas, enviamos miles de mensajes de texto y
llamamos a miles de teléfonos celulares pidiendo a la gente que se fuera, nunca un país ha llegado a tales extraordinarios extremos para evitar que la población civil del enemigo sea dañada.
Aún así, enfrentado con un tan claro caso de agresor y víctima, ¿A quién decidió condenar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU?
A Israel.
Una democracia defendiéndose legítimamente contra el terrorismo es moralmente colgada, equiparada y descuartizada, y se la juzgó deslealmente para rematarla.
A través de estas retorcidas normas, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU habría
arrastrado a Roosevelt y a Churchill al banquillo de los acusados como criminales de
guerra.
Qué perversión de la verdad.
Qué perversión de la justicia.
...
En todo momento en que un líder árabe quiso genuinamente la paz con nosotros, hicimos la paz.
Hicimos la paz con Egipto liderado por Anwar Sadat.
Hicimos la paz con Jordania liderado por el Rey Hussein.
Y si los palestinos quieren verdaderamente la paz, yo y mi gobierno, y el pueblo de Israel, hará la paz.
Pero queremos una paz genuina, una paz defendible, una paz permanente.
En 1947, esta institución votó el establecimiento de dos estados para dos pueblos – un estado judío y un estado árabe.
Los judíos aceptaron esa resolución.
Los árabes la rechazaron.
Les pedimos a lo palestinos que, finalmente, hagan lo que han rechazado hacer durante 62 años: Digan sí a un estado judío.
Así como se nos pide reconocer a una nación-estado para el pueblo palestino, a los
palestinos se les debe pedir reconocer la nación-estado del pueblo judío.
El pueblo judío no es un conquistador extranjero en la Tierra de Israel.
Esta es la tierra de nuestros ancestros.
Inscripto en los muros exteriores de este edificio está la gran visión bíblica de paz: 'Nación no levantará espada contra nación. No sabrán de guerra nunca más'.
Estas palabras fueron dichas por el profeta judío Isaías hace 2.800 años mientras caminaba por mi país, por mi ciudad, en las montañas de Judea y en las calles de Jerusalem.
No somos extraños en esta tierra.
Es nuestra patria.
Tan profundamente conectados como estamos con esta tierra, reconocemos que los palestinos también viven ahí y quieren un hogar propio.
Queremos vivir lado a lado con ellos, dos pueblos libres viviendo en paz, prosperidad y dignidad.
Pero debemos tener seguridad.
Los palestinos deberían tener todos los poderes para gobernarse a sí mismos, excepto aquel puñado de poderes que podrían poner en peligro a Israel.
Esa es la razón por la cual un estado palestino debe ser efectivamente desmilitarizado.
No queremos otra Gaza, otra base terrorista, apoyada por Irán, colindando con Jerusalem y posada en las montañas a pocos kilómetros de Tel Aviv.
...
Primer Ministro Benjamin Netanyahu
Cortesía del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel
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