9 de febrero de 2010

Grande, el profesor Bontempi!

Me pasa Magoya esta nota de Hanglin, publicada en La Nación.

Me parece una valiosa reflexión sobre la absurda "revolución socialista" impulsada por una manga de pendejos burgueses, porque era -apenas- lo que imponía la moda de los sesenta.

Lástima que unos cuantos siguen viviendo el mismo espíritu de centro de estudiantes, sin madurar nunca.

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