30 de marzo de 2010

Cuento con final infeliz


Había una vez un ex-periodista que trabajaba para los Kirchner en ATC, a cambio de un suculento sueldo, pagado con los impuestos de todos los argentinos.

Desde su púlpito televisivo, este ex-periodista se dedicaba a criticar ferozmente a todos aquellos que osaran poner en duda la inmensa bondad e inteligencia del matrimonio gobernante, y aprovechaba para mostrarse como un furioso cruzado anti-Clarín, burlándose de todos aquellos que hubieran prestado servicios para dicho diario.

En especial, al ex-periodista le excitaba criticar las tapas que Clarín había publicado durante los años 70, esa época en la que un grupo de militares-cucos, se apoderó del poder y decidió clausurar el bellísimo proceso de transformación social que los hijos de Bonafini y Carlotto estaban llevando a cabo.

Hete aquí que de pronto, y como ocurre siempre en todos los cuentos, apareció en esta historia un canalla, un malo, que no conforme con la actitud del ex-periodista, decidió investigarlo, y terminó descubriendo en su rostro, una dureza mayor a la de titanio, y la del kevlar: Resulta que el ex-periodista no sólo había trabajado para Clarín entre 1976 y 1981, sino que también -de pura casualidad- había olvidado consignar este dato en su currículum vitae!!

Y colorín colorado, a Orlandito Barone, lo han cazado!!!


Por si alguien desea dejarle un saludito al inmundo Barone, acá les dejo su blog.

1 comentario:

CGL dijo...

Vos sabes que le deje un preguntita, tranqui, sin faltar el respeto... parece que no gusto, porque al rato me llego un comentario de un "descamisado" cagandome a putiadas y con amenazas de piñas, etc... je, se enojó... alla él!