29 de mayo de 2010

Barbarie indigenista

"dos hombres, colonos de la zona, fueron rociados con gasolina y quemados tras protagonizar una pelea durante un festejo (...)uno de los líderes de la comunidad, Mario Alvarado, manifestó que había que quemarlos vivos (...)procedieron a someterlos, amarrarlos de las manos, se presume que también de los pies, los golpearon, y después Alvarado trajo gasolina, les echó en el cuerpo y los incineró hasta que se quemaron totalmente"

La utopía regresiva indigenista, a full en Ecuador.

10 comentarios:

José Luis dijo...

Lo de la gasolina es poco indigenista, ¿cómo es eso de echarles un acelerante químico basado en cadenas de hidrocarburos refinados capitalistamente a partir del capitalista petróleo?.

¿Ves cómo la transculturación capitalista degenera a estas pobres gentes?

Si no hubieran sido colonizados culturalmente por la barbarie capitalista hubieran hecho una buena pira and bye pinela.

JL

José Luis dijo...

Hablando un poco (sólo un poco) más en serio, noticias como éstas ponen algo más en perspectiva todas las pelotudeces buenistas que dicen los que hablan de la "sabiduría indígena" y todas esas zonceras.

JL

SW.357 dijo...

Que loco no? todo el circo indigenista es el modelo de los progres que se la pasan pidiendo por una justicia garantista.

José Luis dijo...

Del artículo:

“Estamos viendo a la justicia indígena desde la justicia ordinaria y eso hace que todo lo que hagan” las etnias “vaya en contra de los derechos humanos, y la Constitución”, justificó la congresista aborigen Lourdes Tibán, del partido Pachakutik.

Será que los derechos humanos se aplican solamente a los ámbitos capitalistas. Si estamos hablando de minorías étnicas indigenistas, está claro que ellos pueden masacrar a quien sea, porque están "unidos a la tierra" y toda esa sarta de pelotudeces.

JL

PD: La doble moral, hipocresía y cinismo de la izquierda llega a veces a bordes paroxísticos.

Klaus Pieslinger dijo...

Coincido con la aborigen Lourdes(?), nosotros también debemos volver a las raíces y correr a la indiada a sablazos.

Martín Benegas dijo...

Son animales.

Cogito Argentum dijo...

se agiganta la figura de Roca

Maria dijo...

No hace falta irse hasta Ecuador para constatar la barbarie relacionada con el indigenismo, como demuestra este pequeño relato:

Luis Gabriel Chaqueñito Campero estaba atado a una silla y mientras uno lo ahorcaba, el otro le apuntó en la sien. Había un tercero, que le explicaba cómo estaban violando a sus dos hijos. Sucedió en la comisaría de Tartagal, Salta. El que le apuntaba no disparó. Lo esposaron y lo llevaron a un descampado, y tras cagarlo a patadas, le apuntaron de nuevo en la sien. El policía que le apuntaba, disparó. No tenía balas. Fue otro de los tantos simulacros de fusilamiento que soportó el Chaqueñito. Pero, tirado en el descampado, creyó que ése sí era verdad. Y hasta pensó con alivio que era mejor que lo maten ahí.

Ana García tiene 15 años y estaba en la misma comisaría, muy golpeada. Antes de que un policía con pinta de decidido la viole, confesó que Mariela Amayo, de 20 años, había descuartizado a Evangelina Pisco.

Escuchaba los llantos de Rebeca Andrada, de 16 años, que estaba siendo torturada por policías en la habitación de al lado.

Mariela se había arrodillado pidiéndole a los policías que le dejaran de pegar. Le respondieron con otra patada en la cara. Después la esposaron y la ahorcaron, soltándola antes de que pierda el conocimiento. Al borde la asfixia, la Mataca, confesó el asesinato de Evangelina. Ni a los policías ni al juez Nelson Aramayo les sorprendió: estos indios de mierda son de comerse entre ellos.

Así se trata, lo sabe el juez, a los pertenecientes a la comunicad Wichi de Tartagal.

El caso estaba resuelto. Aunque no encontraran las partes del cuerpo de Evangelina, a sólo dos días, tenían ya prácticamente cerrado el caso. Bien por la policía y el juez.

Hubo un problema. Apareció el cuerpo de la otra india. Evangelina Pisco, la adolescente de 16 años, tuvo la mala idea de aparecer muerta en un pozo de la empresa Aguas del Norte, cera de la bailanta El Gigante, donde la víctima y los criminales fueron a bailar el sábado 1 de mayo. La canción de Los Palmeras, El Bombón Asesino, fue lo último que escuchó. Hubo otro inconveniente más: la autopsia demostró que la chica no fue asesinada. Salió de la bailanta y cortó camino, para volver a su casa, por un descampado. Se cayó en el pozo de Aguas del Norte, porque las lluvias hicieron un embudo alrededor del pozo de registro que, como está cerca de la indiada, la empresa no tapó ni señalizó como corresponde.

No hubo crimen. No hubo asesinato, ni descuartizamiento. Los Wichis no se comieron entre ellos. El jefe de Policía, Humberto Argañaraz, fue corriendo a entrevistarse con el cacique Indalecio Calerno, para que no hablara. El cacique, preso de la impotencia, lo mandó, respetuosamente, a la mierda.

Y Mariela habló: contó que cuando salía de la bailanta vio en el matorral a Evangelina que cortaba camino para volver a su casa, y se cayó. “No sé por qué me quedé mirándola, cuando de pronto vi que desapareció en el pozo. Corrí hacia el pozo y comencé a gritar ‘mi prima se cayó aquí, adentro, yo la vi’”. “Otra gente se acercó, pero no veíamos nada, estaba muy oscuro. Me fui corriendo hasta la casa de mi tío Eduardo (Eduardo Pisco, el cacique de la misión chorote, que queda a unos 500 metros del lugar). Volvimos y yo le decía que la había visto caer, estaba segura”.

La detuvieron y la torturaron durante dos días. Evangelina murió de asfixia con los líquidos cloacales. Se podría haber salvado. Fue velada el viernes 7 en el cementerio aborigen de la comunidad Lapacho 1. Tenía 16 años, seguramente también tenía los sueños, los miedos, las ilusiones que tienen todos los adolescentes.

Sucedió en el mes del Bicentenario. Quién sabe si los Wichis le dan mucha bola al Bicentenario. El jefe de policía anunció que va a iniciar una investigación con Asuntos Internos, una joda. El juez se hace el boludo. Los torturadores tienen la impunidad garantizada.

Andy dijo...

MAría: Y? Ya sabemos la basura que son la policía y los jueces.
¿Con eso justificamos a los indígenas???

Sine Metu dijo...

No se debe generalizar.