21 de mayo de 2010

Futuro?

La clase dirigente argentina, denunciaba Ortega y Gasset hace más de ochenta años, carece de un plan estratégico y vive acostumbrada a una vida con pobre programa. ¿De qué sirve la complacencia con los gobiernos de turno, que tarde o temprano concluyen, si se resigna la más sólida y justificable de las herencias que pueden dejarse a los hijos y los nietos? ¿En qué honra a los gobernantes la apelación a cualquier recurso, por perverso que sea, para prolongarse en el poder?

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