Es una mentira. Una gran mentira. Una mentira descomunal a la que, por suerte, la Presidenta le cortó sus patas cortas a poco de llegar a Madrid. Dijo allí que la Argentina no aplica restricciones a la importación de alimentos.
En fin, la gran farsa ha llegado a su fin. La Presidenta, la señora del micrófono, ha puesto las cosas en su lugar. Otra vez.
1 comentario:
Gracias... Garcias...
Ahora esperemos que liberen todos los camiones que venían de Brasil; y estaban demorados por orden del Monito morenito!
Publicar un comentario