Pocos personajes tan pintorescos en Argentina como el secretario de Comercio, Guillermo Moreno. En un país en el que los Gobiernos tienen siempre una cuota de personajes peculiares o excéntricos, Moreno ha conseguido labrarse, lío a lío, una reputación formidable de bocazas agresivo, combinada con fama de trabajador incansable y funcionario razonablemente honrado, hasta el extremo de que, incluso, le han dedicado un libro titulado El buen salvaje.
El País (España)
Al final va a terminar teniendo buena prensa.
Quiero ver si lo llamarían "pintoresco" si un personaje como este fuera funcionario de un gobierno español.
Esto es como las villas miseria o los dictadores latinoamericanos, gusta verlos como atracción turística porque los tienen lejos.
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