No bien se aprobó el matrimonio gay igualitario, se lanzó una carrera poco disimulada para ver qué ciudad, o qué provincia se llevaba las palmas a la progresía con la primer ceremonia. La CABA sacó de la galera un cambio de fecha, para primerear a Mendoza, mientras en Rosario hacían malabares para empatar.
Mar del Plata, silbando bajito, logró su propio récord, sin que nadie se lo pueda disputar: ya tiene el primer viudo-gay, y a apenas doce horas de haber dado el sí.
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La primera sucesión gay
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