Estoy harto de toparme con pantallas en todas partes, hasta en el bolsillo, y me niego a transformar mi biblioteca en un cibercafé. Con un libro electrónico, sea El Gatopardo o El perro de los Baskerville, no puedo anotar en sus márgenes, subrayar a lápiz, sobarlo con el uso, hacerlo envejecer a mi lado y entre mis manos, al ritmo de mi propia vida.
Otra crítica más a los libros digitales, esta vez por parte de Arturo Pérez-Reverte.
No estoy para nada de acuerdo. Supongo que será cuestión de la edad y, en mi caso particular, de mi afinidad con el mundo tecnológico debido a mi profesión. Seguramente dentro de 20 o 30 años me tocará adoptar un papel similar respecto a alguna invención por venir.
12 comentarios:
Tengo entendido que se pueden anotar y resaltar con el equivalente tecnológico incorporado a la lectora.
También se puede sobar y pegarle stickers.
Como dijo el GENIAL Douglas Adams:
I've come up with a set of rules that describe our reactions to technologies:
1. Anything that is in the world when you're born is normal and ordinary and is just a natural part of the way the world works.
2. Anything that's invented between when you're fifteen and thirty-five is new and exciting and revolutionary and you can probably get a career in it.
3. Anything invented after you're thirty-five is against the natural order of things.
Douglas Adams (1952 - 2001)
Me parece que cualquier posicion es personal. Los libros en una casa hacen a su espiritu, cosa que una computadora conectada a internet no. Es decoracion, son muchas cosas. Para el que no lo siente, son irrelevantes, para el que si, esenciales. Mas o menos como los tiradores.
Yo tengo uno y estoy muy contento, me voy de viaje con una biblioteca en el bolsillo, y puedo leer varios libros a la vez sin abarrotar la mesa de luz.
Al que no le gusten que no los compre, y santo remedio.
No, si la libertad es algo maravilloso.
No, esta vez no voy a decir nada de Pérez-Reverte.
Tal vez me compre uno. Pero no por eso voy a tirar las pilas de libros que tengo.
Pienso disfrutarlos a los libros digitales y tb a los libros en papel.
Emilio de EFINews
La industria editorial como la conocemos está condenada a desaperecer a mediano plazo, por más que traten de evitar la piratería de contenidos para e-book.
Es un proceso irreversible como fue la sustitución del caballo como medio de transporte por los vehículos con motor de explosión y por el tren.
Esto no provocó la desaparición del caballo, pero sí la desaprición de las postas, de los fabricantes de carretas, sulkis, ruedas de madera, etc. Y el caballo mantuvo su lugar en los deportes y, en algunos países, sigue siendo fundamental en los trabajos de campo. El caballo sigue manteniendo un encanto que no impide que a uno le guste también un Lamborghini.
Con el libro en papel va a pasar algo parecido, el e-book se generalizará, se abaratará y ganará en eficacia y prestaciones que hoy no puedo imaginar siquiera.
Y el libro en papel quedará para bibliófilos, colecciones muy especiales, valiosas y exclusivas o para los libros de arte como los fantásticos libros españoles que deben ser leídos con atril por su tamaño y peso.
También habrá librerías de usado que mantendrán, por largo tiempo, entrañables ejemplares para los que disfrutamos del placer de tener un libro en la mano, hojear sus páginas, apreciar su encuadernación y contar con el acogedor ambiente de una biblioteca propia.
A mi edad, no compraría un e-book porque me resulta extraño. Cada uno los libros que leí y, sobre todo, los que conservé en mi biblioteca forman parte de mí. Algunos los heredé de mi bisabuelo y tienen amarillas sus páginas y un delicioso olor a cuero viejo, otros vienen de mi abuelo y de mi padre con sus comentarios marginales y marcas propias que me los recuerdan y cada uno de ellos ha representado un papel en mi vida.
Los de mi infancia y juventud muestran cómo evolucioné, para bien o para mal, y los de mi vida adulta fueron comprados con adultez (o el símil que tenga por ella) y, unos pocos llegaron a mis manos por caminos azarosos o luego de largas búsquedas trajinando librerías de usados. Y eso es parte del encanto de que te gusten los libros.
Por todo ello, no concibo mi vida sin libros en papel, pero estoy seguro que este amor al libro los jóvenes lo trasladarán en el futuro a los e-books especialmente a sus próximas versiones por las evidentes ventajas que poseen.
Así como hoy día hay gente que colecciona armas antiguas en perfecto estado de uso, otros que gustan de instrumentos medievales o casi, gente que uso long bows en sus fines de semana y tantos otros hobbies, de alguna manera nostálgicos, seguirán existiendo amantes de los libros en su versión tradicional aunque, probablemente, estos sean muchísimos más caros y, con el tiempo, cada vez más escasos.
Muy bueno, enmascarado!
Gracias, Massa. Muy amable.
Me pregunto cuántos e-books serán cargados en los tres millones de netbooks regaladas por Cristina a los jóvenes argentinos menos favorecidos.
De todos ellos, cuántos se leerán.
Y de los que se leerán, cuántos servirán para hacer de esos jóvenes menos favorecidos unos mejores ciudadanos.
(por favor no me contesten)
NeKi el Pingüino, La Razón de mi Vida, y una colección de la obra del petardero Walsh.
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