A medida que se continúa desinflando el vigor de la economía española también pierde prestigio el buen nombre que estaba logrando este país en el ámbito deportivo.
Con la detención el día de ayer de una importante y conocida atleta española por su vinculación con el dopaje se cierra un año fatal para la imagen deportiva española en el mundo que tuvo otro punto culminante con la acusación al ciclista Contador, tripe ganador del Tour de Francia.
En medio de todo esto vino a mi memoria un artículo de Ezequiel Fernández Moores en La Nación que presagiaba en cierta forma parte de lo que ha ocurrido y mucho más:
El problema, dicen algunos especialistas, es que España se resiste a ver la cara oscura de su boom deportivo. El COI se lo advirtió el año pasado, cuando cuestionó su política antidoping y terminó dándole a Río de Janeiro y no a Madrid los Juegos Olímpicos de 2016. Más fuerte aún fue el caso de Operación Puerto. El célebre operativo antidoping de 2006 abrió investigaciones y provocó sanciones en Alemania e Italia, pero no en España, justamente el país donde fue descubierto. "Si tiro de la manta, el deporte español se cae abajo", había advertido Cristina Pérez, ex atleta y esposa de Eufemiano Fuentes, el médico "cerebro" de Operación Puerto, un escándalo que parecía afectar a deportes más poderosos que el ciclismo.
1 comentario:
Teléfono para Rafa.
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