Cierto es que la nueva norma aporta muy poco -o casi nada- a la planificación urbana por un pequeño detalle: dentro de la ciudad no quedan espacios como para definir un country, y los futuros emprendimientos de torres "de luxe" con espacios comunes enormes van a zafar muy fácil de la norma.
Pero hay que ver cómo y quienes fueron impulsores de esta normativa que se aprobó por 18 a 2 con la honorable negativa de un radical y la concejal del PRO. Impulsaron esta prohibición aceptada gustosa por radicales, socialistas, peronistas y kirchneristas una tal Organización Giros que se predica campesina, indigenista y bla, bla, bla, amiga del Mocase y que propone "construir el cambio social desde el territorio".
(*) por si no se nota la ironía, que difícil es ser campesino en la ciudad, ¿no?
1 comentario:
Son una manga de hipócritas, del primero al último. Citadinos burgueses que critican desde la comodida del capitalismo urbano.
Publicar un comentario