El título del post está robado de la novela de Jorge Castelli, y lo usé el otro día conversando con Sine Metu para describir el precario equilibrio social que se lee en la Argentina, donde la gente común está harta de los delincuentes, los que trabajan están hartos de los que viven de subsidios, y donde los años de buenismo progre y tolerancia han dejado todo patas para arriba.
Yo sinceramente creo que en cualquier momento puede explotar algo insospechado, causado por la tensión permanente en que vive la sociedad, tensión que el gobierno ignora convencido que todo era cuestión de repartir plata.
Lo de ayer en Maquinista Savio es del tipo de cosas a las que me refiero: los vecinos se organizaron y sacaron a paadas a una banda de narco-okupas. Imagínense algo similar pero a gran escala.
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