Las modalidades delictivas sorprenden tanto cuando son sofisticadas como cuando son simples y enfocadas a personas casi indefensas.
Mi madre me contó que el otro día cuando iba a la oficina de Correos del barrio de Once (ella vive cerca de allí) alguien se le acercó por detrás y le arrancó los aros de sus orejas... Por suerte se trataba de aros tipo "broche" y no de los que están agarrados al agujerito del lóbulo porque si no...
Un ejemplo de la iniciativa privada que despierta el modelo de matriz diversificada.
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