
En estas cortas vacaciones estuve charlando con un empresario kirchnerista.
Este empresario me decía que en su opinión, La Nación es una de las cosas que más daño le ha hecho a la Argentina y en especial a la política argentina.
Basaba su afirmación en el hecho que gran parte de la gente que lee La Nación lo hace como una especie de escapismo.
Imaginaba (¿imaginaba?) a cinco tipos en La Biela comentando:
- Viste lo que dijo Morales Solá? Viste cómo le puso la tapa al gobierno?- Je je, y Pagni! Ese sí que fue lapidario en su artículo de hoy!- Y Grondona, lo que dijo Grondona de Aníbal.... lo mató!
Podríamos seguir con otros ejemplos en los que no serían ya gordos en La Biela sino alguno de nosotros, incluso aquellos que frecuentan La Biela.
Ya se habló en este blog de aquella élite argentina que abandonó su destino dirigencial en manos de la barbarie, así que hasta acá nada nuevo. Para esta gente La Nación es un sucedáneo de lo que debería ser su partido político.
Comparé entonces la visión de este empresario kirchnerista sobre La Nación con esta de 678:
Así como La Nación resulta un adormecedor de conciencias para la Argentina conservadora, el programejo de la televisión partisana (678) funciona como un adormecedor de conciencias para la Argentina kirchnerista.
Es cierto que la Argentina kirchnerista está formada en su mayoría por militantes rentados. Digo en su mayoría porque efectivamente, aunque uno no pueda comprenderlo, hay gente que apoya gratis.
Pero aún a esos militantes rentados hay que tenerlos tranquilos, y eso se hace aplicando un house organ gubernamental que no solo ensalce todo lo que hace el oficialismo sino que también degrade todo lo posible cualquier cosa que haga la oposición (ya sea política o mediática), ridiculizando, tergiversando, manipulando, todo con un formato probado durante años en otros órdenes de la noticia.
Al final me reconoció que le parecía una buena forma de analizar el programa 678, especialmente al darse cuenta que sus partes favoritas son aquellas donde ridiculizan a Biolcatti o a De Angeli.
Se ve que se dio cuenta que ver ridiculizados a dos personajes no queridos por él, en realidad tenía un efecto tranquilizador, que inconscientemente reafirmaba que sus ideas eran correctas 100% y las de Biolcatti y De Angeli equivocadas 100%, aún sabiendo a ciencia cierta que eso no era verdad.
Por supu que 678 tiene efectos secundarios, como la irritabilidad de todo el sector pasivo anti kirchnerista (pasivo no por jubilado sino por voluntariamente alejado de la política), que salvo excepciones con tendencias altamente sadomasoquistas, a penas si ve dos o tres segundos del programa mientras hace zapping buscando Desde el Llano, A dos Voces, Malparida o Gran Hermano.
En fin, como diría Todorov, líbranos del bien
1 comentario:
Por desgracia ambos, los seguidores de la Nacion y los de 678 para mi padecen los mismos sintomas que paralizan al pais: la necesidad de pertenecer a una banda, o manada, y sentirse comodos en esa pertenencia. Cero innovacion, cero emprendimiento individual, tanto en lo ideologico como en lo economico, solo disolverse en un grupo y aplaudir desde la tribuna. Y no hay que quitarle cierta logica a la tendencia, el sistema castiga al verdadero innovador con crueldad. Cualquiera que no se alinea es un paria, cualquiera que no comulga con fidelidad absoluta con alguna de las religiones vigentes es ninguneado y molido a palos.
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