13 de enero de 2011

Opinión

Cuando los perfiles del primer jefe de Gabinete de Obama, Rahm Emanuel, señalaron que una vez envió un pez muerto a un experto en encuestas que le desagradaba, un anuncio característicamente sutil que denota bastante más que una dosis de malas intenciones homicidas, se consideró un encantador ejemplo de excesivo –y creativo– entusiasmo político. Cuando el candidato al Senado Joe Manchin prescindió de metáforas y simplemente le disparó un balazo al anteproyecto de la legislación para restringir las emisiones de CO2 –mientras entonaba "voy a liquidarlo"– no se vio asaltado por denuncias de violación del código de conducta en público ni de incitación al asesinato.

Charles Krauthammer en Libertad Digital (España)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Jorge, supongo que no esperaras un comentario de Carlos sobre esto, el solo juega en su cancha con su pelota.

Sine Metu dijo...

¿qué dijo la FDA?

Rothbard dijo...

Muy buena la nota.

Martín Benegas dijo...

Lo que pasa es que esta gente no pertenece a la "derecha estúpida" desprecian a Rand, y son asiduos lectores de Kant y Rousseau, verdaderos filósofos cuyas ideas han llevado a la libertad y la prosperidad, no como esos rednecks brutos que no quieren que el gobierno se meta en sus vidas.

Jorge dijo...

Max,

Yo sigo posteando cosas de mi interés, como siempre. No estoy buscando polémica con Carlos ni con ningún coblogger. Si fuera el caso le escribiría directamente en los comentarios de sus entradas.