23 de febrero de 2011

30 años



Quiso el destino que un camarógrafo de Televisión Española estuviera grabando en ese momento la sesión del Congreso. Un guardia civil lo amenazó para que apagara su cámara, pero no le hizo caso. A partir de ese momento lo que pasaba en el hemiciclo pudo ser visto por millones de españoles fuera del recinto. El resto es historia.

Pago por los huevos de los tres únicos diputados que no se escondieron en su banca ante tiros del principio.

1 comentario:

Martín Benegas dijo...

El Rey dice que no sabe bien que pasó, otros dicen que fue parte del golpe.