El mundo de la izquierda funciona solamente en la fantasía. El mundo conoció el resultados de las políticas de izquierda en el siglo pasado, que le costaron a la humanidad, nada menos que el exterminio de 100 millones de seres humanos. Por eso, cuando el Partido Comunista y sus aliados andan diciendo: “Otro mundo es posible”, hay que ser desconfiados. Prometieron el cielo, sin embargo, trajeron el infierno. Mientras deje descansar este artículo, me acordé que el otro mundo posible que le queda a la izquierda, es la vida de recolectores y cazadores como lo muestran esos programas de sobrevivencia .
Pues bien, para la izquierda chilena, ya sea los socialistas, liberal socialista y comunistas, siempre le han gustado comparar el Gobierno Militar con el gobierno de Vichy durante la Segunda Guerra Mundial. No obstante, la izquierda durante la Guerra Fría y en la UP se puso al lado del totalitarismo soviético, y no al lado de democracia burguesa. La izquierda en democracia le declaró la guerra al resto de la sociedad, porque considero basándose en diversos teóricos del marxismo, que estaban las condiciones para una sociedad socialista. Solamente, había que agudizar los conflictos para llegar al paraíso. Por esa razón, empleaban fuerzas de choque en las calles como la Brigada Ramona Parra y otras, que no le tienen nada envidiar las que usaron primeros los bolcheviques, luego los fascistas de Mussuline y los nazis de Hitler. Hoy llamaríamos flaiter.
Así, vemos que el terrorista del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) y responsable del atentado a Pinochet, donde murieron cinco de sus escoltas en el Cajón del Maipo, César Bunster afirma en una entrevista al diario socialista fránces "L'Humanité": “hay circunstancias que exigen, como la resistencia en Francia, arriesgarse a morir por la vida. Los comunistas han escrito grandes páginas del siglo XX. Es urgente recuperar y revivir esta memoria”. Naturalmente, la muerte de los escoltas no constituye una violación a los derechos, ni la tropa de abogados de derechos humanos se va a querellar contra Bunster. A estos tipos les encanta hablar de la memoria. De ahí el Museo de la Memoria. En vista del atentado, luego el organismo de seguridad simplemente hizo ajusticiamiento a terroristas que estaban en la mira. Por supuesto, ello constituye una violación a los derechos humanos. Y son las ‘víctimas de la dictadura’. Ojo por ojo. El grupo terrorista al cual perteneció Bunster se parece a los nazis, ya que ellos no querían volver a la democracia, sino a una dictadura comunista.
Nótese, además, que ni se arrepiente de sus crímenes. En cambio, los políticos de derecha tienen que hacer a cada rato ‘mea culpa’, tal como que hizo el diputado Alberto Cardemil .Otro triunfo de la izquierda. ¿El diputado Hales le exigirá mea culpa a los grupos terrorista como el Mir y el Frente?
Además, se pavonea diciendo que el atentado se inspiró con el que hizo la ETA en tiempos de Franco contra Carrera Blanco.
El mismo cuento de la Resistencia lo vemos en la contratapa del libro del terrosita y millonario Max Marambio, amigo de Fidel: “Las Armas del Ayer”, que otras veces he citado: “A partir de los oscuros días posteriores al 11 de septiembre de 1973, un joven militante de izquierda, da comienzo, semejante al personaje neorrealista del primer Italo Calvino durante la lucha antifascista en su país, al resistente en la soledad de la embajada cubana en Santiago, rodeado por fuerzas militares”.
Siguiendo la cacería de brujas, la demonización y basureando a propósito de los ex CNI y DINA, el mundo académico, no se queda atrás. Así, la columnista de ‘La Tercera’ y profesora universitaria de la cátedra Bolaño, Cecilia García Huidobro equipara el organismo de seguridad entrenado para enfrentar el terrorismo los compara con los nazis, al comentar el libro Diario de la judía francesa, Hélène Berr: “Nos creemos con mayor libertad luego de sacudirnos de la tediosa obligación de ser consecuentes, pero eso más bien ha contribuido a volvernos cómplices (por desidia antes que por convicción) de atropellos como los sufridos por la familia Berr y otros como los realizados en Chile por la CNI. Recientemente han habido nombramientos en el Ejercito de militares que reconocieron haber pertenecido a la CNI, lo que ni siquiera ha merecido un debate nacional”. Estos izquierdistas viven de fantasías. Quizás el propio Bolaño la inspiró. El tabú nacional que se ha impuesto, tanto en las universidades, medios y en la política es la opción por la violencia de parte de la izquierda, desde 1967 a 1973. Tal vez, saquen una ley sobre ello.
Como decía el ex bloguero Francisco Ibero, la izquierda chilena se quedó pegada en la década del 40 del siglo pasado.
5 comentarios:
Viven en la nube de pedos, ya rancios.
Ja, ja,
Ya que son de izquierda ¿por qué no se comparan con la resistencia yugoslava? ¿O la francesa es más chic?
No sé Andy.
Quizás, la francesa tiene un aire de romántico.
Gracias, Julio!!!
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