En mi último artículo sobre Allamand, el ex bloguero y periodista Rafael Mera comentó que el actual ministro de Defensa nunca sería Presidente de la República. Le advertí que no cantara victoria, pues aún tenía las puertas abiertas. Y eso lo confirmó el diario electrónico ‘El Mostrador’: ‘Allamand recluta a estratega comunicacional de Lavín’. Se refiere a Gonzalo Cordero que llega ese ministerio como asesor junto a Harald Beyer y Luis Hernán Paul. Estos dos señores no tienen idea de Defensa, sin embargo, se encargaran de hacerle una imagen a Allamand.
Puesto que está en campaña, tiene que mostrarse. Hacer pirotecnia como dice el ex vocero de Bachelet, Francisco Vidal. Uno de sus primeros gestos, es que fue a un ejercicio militar vestido de civil con la intención de mostrar que los militares están supeditados a los civiles en una república. También es republicano, luego de un conflicto interno aplicar la igualdad de la ley a ambos lados, tal como ha sido en nuestra historia señor ministro. Su segundo gesto lo informó ‘La Segunda’: “la política de Defensa se enlaza, entre otras, con la política de relaciones internacionales, para garantizar la seguridad externa; con la política de orden interno cuando su presencia es necesaria conforme a los estados de excepción constitucional, y con la política de emergencia y protección civil, desde donde absurdamente las Fuerzas Armadas habían sido colocadas en una posición marginal e irrelevante”. Después del terremoto del 27 de febrero, quiere convertirse en general después de la batalla. Días previos a la embestida de la naturaleza, el último Gobierno de la Concertación estaba tramitando la nueva ley que supeditaba las FF.AA., a la Onemi. Simplemente, una estrategia comunicacional y de lavado de cerebro para quitarle legitimidad a la intervención militar del 11 de septiembre de 1973. Basta leer la entrevista que le hicieron al ex asesor de Ricardo Lagos, el sociólogo y ex comunista Ernesto Ottone en ese mismo diario. Según él, intentaron profesionalizarlas después de 1990. Alguien que apoyo la UP viene a dar clases profesionalismo, luego del declive económico y político que dejó el socialismo en el país. Allamand siendo senador nunca dijo nada sobre esa ley, a la cual le faltaba únicamente la firma del Presidente de la República.
En 1990, el rector de la Universidad de Valparaíso, profesor de Filosofía de Derecho de esa universidad y columnista permanente tanto de El Mercurio de Santiago como de Valparaíso, Agustín Squella organizó un foro, cuyo tema era La Ética y la Política Ese foro duro dos días, pues habían varios módulos. Ahí estaba la intelligentzia chilena o parte de ella. En esa oportunidad, hablo Allamand. Lo me gusto es que hablaba de que la juventud tenía sus propios ideales, ya que parece que el interregno de 16 años, ese segmento había cambiado, y los políticos no sabían cómo interpretarlos. No les servía las causas colectivas como se lamenta a cada rato, el sociólogo socialista, Manuel Antonio Garretón cada vez que lo entrevistan en eso programas del Canal 13 cable, ni la Revolución. Como me gusto lo dijo, después su intervención, me acerque a Allamand para felicitarlo. Estaba conversando con el demócrata cristiano Andrés Aylwin. Fui bastante ingenuo. Después de despertar de la Matrix chilena, lo vi mejor. Por eso, anteriormente, lo he criticado con razón, ya sea porque no se ha pronunciado sobre la vigencia de la Ley de Amnistía y los principios del Estado de Derecho que son pisoteados por el socialismo, ya sea por la prevaricación abiertamente de los jueces, ya sea porque le inventan delitos inexistentes como el ‘secuestro permanente’, porque tampoco se ha manifestado sobre la tergiversación de la historia por parte de la izquierda, aun cuando fue opositor a la Unidad Popular. Tanto las injusticias que comete la justicia como la tergiversación de la historia, son los talones de Aquiles de la izquierda. Si le quitan los dos, es como si a los reyes les hubiesen quitado legitimidad al poder derivado del algún dios.
Ahora bien, por el excelente blog de Carlos Toledo Labarca , descubro nuevas cosas, que cuando me comentó en el blog de Hermógenes de Pérez de Arce, no capté. En efecto, es conocida la historia de que en tiempos de la Unidad Popular, el joven Allamand se cambió del aristocrático Colegio Saint George al Liceo José Victorino Lastarria de Providencia para competir en la Federación de Estudiantes Secundarios (FEES) con el actual senador Camilo Escalona. Después del pronunciamiento, el joven estudiante de Derecho escribe un libro que mezcla novela y testimonio sobre su lucha contra la Unidad Popular. El libro se llama ‘No virar a la izquierda’, que fue publicado en 1974, cuando estaba prohibido publicar. Uno de sus protagonistas dice: “¡Cómo los odiaba! De haber podido agarrar a uno lo habría pateado hasta no poder mover las piernas y le habría pegado hasta romperme las manos, hasta no poder levantarlas”. En vez de culpar al asesinado senador Jaime Guzmán de los muertos, aquí tienen un culpable. Si hasta personas con formación universitaria, repiten los clichés de la izquierda de que los 3000 son responsabilidad del Gobierno Militar, olvidándose de mala gana que murieron228 militares a causa del terrorismo de la izquierda . Con todo, igual se lo imputan a Pinochet.
A principios de los noventa, el no tan joven Allamand acusaba de intransigentes a la otra tienda política de la derecha, la UDI. Con todo, el adolescente y opositor a la Unidad Popular era intransigente: “La oposición sigue creyendo que el poder político surge de los votos exclusivamente. Siguen creyendo que el poder político es una resultante de las elecciones, mientras la UP se caga en las elecciones y desarrolla un poder político cada vez más poderoso, expresada en toda (una) cantidad de organizaciones (...) Sin los militares la UP no cae (...) Hay que presionarlos, obligarlos a intervenir. Hacer que se decidan. Si no lo hacen no la contamos. Nos friegan de todos modos”. Más adelante dice: “(Los militares) actuarán cuando el caos sea total. La toma del liceo es nuestra cooperación al caos”. Esas citas merecen estar en el Museo de la Memoria
Este es el mismo señor, que recientemente les pidió la renuncia a los asesores del subsecretario del Ejército, Izurieta, sólo por haber sido asignado a la CNI y la DINA para enfrentar el terrorismo. A lo anterior, está la purga por sacar a todo miembro del Ejército, que tenga un parentesco con algún suboficial y oficiales asignados a los órganos de seguridad de Pinochet, tal como le sucedió al yerno del general Contreras. Esa y esta es la ‘doctrina Allamand’: todo aquel que fue asignado en el pasado bastante tiempo en la CNI como a la DINA, no tiene que estar en el Ejército, aun cuando este último mandó a tal o cual oficial. Sin embargo, luego de haber hecho la purga, obedeciendo a la Agrupación de Familiares Detenidos Desaparecidos (AGDD), sale con la siguiente declaración : “Lo que ellos (la agrupación) formulan es que, por el sólo hecho de haber participado en algún organismo de seguridad, eso debiera ser una condición per se inhabilitante”. Ahora la doctrina Allamand es un invento de la AGDD.
Este mismo señor, cuando era nexo entre el empresariado grande y Ricardo Lagos, nunca cuestionó a la ayudista del Mir en tiempos de la Unidad Popular y luego del Frente, Michelle Bachelet en el ministerio de Defensa. Luego, siendo senador tampoco dijo nada, cuando Bachelet puso a dos terroristas del Mir en Defensa: José Goñi y el subsecretario de aviación, Raúl Vergara. Hay que recordar que solamente el ex general del Ejército Cheyre dijo que en el ministerio de Defensa había dos paramilitares que no tenían idea de las Fuerzas Armadas. ¿Por qué, entonces, no le pidió la renuncia al actual asesor Francisco Vidal compañero de generación y de partido, pues él perteneció al grupo paramilitar de derecha Rolando Matus?
Allamand tiene reparos con los agentes que enfrentaron al terrorismo, sin embargo, no tiene problemas en ir a la presentación del libro ‘Las Armas del Ayer’, del terrorista del Mir y ex amigo de Fidel, Max Marambio. Quizás, no dijo nada, porque el personaje de Marambio es el alter ego de su libro ‘No virar a la Izquierda’. Ambos sintieron que saldaron las cuentas de su generación, dejando que los justos paguen por los pecadores.
Si Allamand quiere buscar votos, tendrá que hallarlos en el Partido Comunista, el Partido Socialista, el Partido por la Democracia, la Democracia Cristiana y en los clones de la ‘patrulla juvenil’ de su partido. No le daré mi voto. Y estos dos artículos es mi grano de arena para que no salga electo, ni en las primarias.
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