Me compré el libro cuando nació mi hija, y al poco tiempo se vió la película (muy buena adaptación, con una admirable actuación de Marcello Mastroianni). Me acuerdo de los amigos progres que en ese momento se secaban lágrimas con la historia del viejo periodista ayudando al jóven antifascista, al punto de que termina usando su columna literaria en un diario oficialista para denunciar al régimen.
Hoy en casa lo de Oliveira Salazar y la prensa se repite en escala homeopática. Y no veo a ninguno de aquellos progres lagrimosos que se excitaban defendiendo el derecho a publicar libremente reclamando en la calle.
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