24 de mayo de 2011

Chile también se revuelca en la mierda

Muerto Allende, su propio médico que lo acompañaba en la Moneda, contó que estando sitiado se despidió uno por uno de sus acompañantes y que alejado de todos se sentó, apoyó un AK socialista en el regazo y se voló la cabeza. El mismo médico Patricio Guijón, cuenta que después de ver cómo la fuerza de los impactos lo alzaba del sillón, se sentó al lado del cadáver y que en ese momento se le desprendió del cráneo lo que quedaba del rostro.
Otro integrante del staff de Allende, uno de sus guardias, también cuenta haber oído al presidente gritar "Allende no se rinde", escuchar dos o tres tiros,y volver al salón donde estaba ya muerto bien muerto viendo incluso sesos pegados al techo.

Así y todo no es suficiente, porque enseguida desde Cuba llegó la versión de que había sido asesinado por los militares que tomaron la casa de gobierno, y los de siempre argumentaron que nunca se habría suicidado, que pin que pan, que nunca el fusil podría estar donde se ve en las fotos, que cómo disparó dos o tres veces...

Así que a 38 años de muerto vuelven a salir a la luz los huesos de Allende, sumando a Chile a los países que en nombre de la "verdad" se revuelcan en la mierda de su historia

3 comentarios:

Javier Bazán Aguirre dijo...

Ese palabra la he empleado para referirme a los de la UP y del Mir: Mierda, mojones o cualquier palabra similar. Incluso escribí un post titulado la Generación M para los que apoyaron la UP.

Martín Benegas dijo...

Lo bueno es que con tanto alcohol el cadáver de Allende debe estar en perfectas condiciones.

Luis N dijo...

No se trata de revolcarse en la mierda. En realidad el tema es más profundo. La izquierda perdió la batalla ideológica . La tarea política de agitación y lucha (vigente en las décadas del cuarenta y cincuenta) en donde se prometía una sociedad mejor hoy no va más, visto el fracaso estrepitoso del comunismo en el mundo.

Entonces han tenido que reemplazar de alguna manera la lucha ideológica. Inventaron el martirologio y construyeron un santoral. El argumento es ahora sencillo y basto y podría enunciarse así : “Aquellos nobles luchadores que perecieron asesinados nos habrían llevado a construír una sociedad mejor”. Y ahí termina el razonamiento (que es tosco, porque el inquirir el como nos llevaría de vuelta al debate ideológico)

Así viven hoy evocando a sus caídos revestidos de un aura de nobleza y bondad que nunca tuvieron. Es un modo de rellenar su carencia. Pero no basta sólo con la evocación en los aniversarios con manifestaciones masivas en fastos conmemorativos (verdaderas misas de la izquierda) o con museos de la memoria.
Para que ese santoral funcione es necesario darles alguna presencia a aquellos mártires desenterrando algún cadáver de vez en cuando o persiguiendo a alguien en alguna causa de derechos humanos luego de cuarenta años de los hechos. Es un modo de conseguir vitalidad y tener presencia.