Al tope de la tapa de El Argentino de hoy aparece bien grande que "Tecnópolis ya llegó al millón de visitantes", mientras que en un renglón de letras de molde chiquititas y sin ninguna foto de acompañamiento ponen que Bonfatti ganó la gobernación y el FpV pasa a controlar la Legislatura santafesina.
Nada en tapa sobre el hecho de que el candidato a gobernador de la Vaca Estúpida y capomafia del bloque de diputados nacionales kakistas haya quedado tercero y bien lejos del segundo, que no sólo es un primerizo en política que viene de las tablas sino que era el candidato de Macri. Era demasiado duro de digerir para los muchachos del periodismo militante.
Empiezo a creer que Tecnópolis ya está pasando a ser para el kirchnerismo lo que las "mesas en Necochea donde vamos ganando" fueron para Rodríguez Saá en las elecciones del 2003.
Y hablando de Tecnópolis, la revista Veintitrés de esta semana se la agarra con la Rural bajo el lema de "El pasado versus Tecnópolis", acusando al campo y a la "oposición de derecha mediática" de ignorar el aporte de "la ciencia y la tecnología" al desarrollo rural y de tenerle "miedo a la sociedad del conocimiento".
Léase todo lo anterior como viniendo de los juglares de un gobierno anclado en el pasado ideológico, humano y político, que se cansó de putear a los "pooles de siembra" y a las inversiones que permitieron la tecnificación de un campo al que odia pero del que vive cual vampiro, que le da lugar destacado en una muestra "del futuro" a prototipos fracasados de aviones de sesenta años de antigüedad como los Pulqui I y II, y que dice que no le calientan las mediciones de calidad educativa ahora que la Argentina saca resultados más mediocres en las evaluaciones internacionales que el último promedio de River en la Primera División.
Nada en tapa sobre el hecho de que el candidato a gobernador de la Vaca Estúpida y capomafia del bloque de diputados nacionales kakistas haya quedado tercero y bien lejos del segundo, que no sólo es un primerizo en política que viene de las tablas sino que era el candidato de Macri. Era demasiado duro de digerir para los muchachos del periodismo militante.
Empiezo a creer que Tecnópolis ya está pasando a ser para el kirchnerismo lo que las "mesas en Necochea donde vamos ganando" fueron para Rodríguez Saá en las elecciones del 2003.
Y hablando de Tecnópolis, la revista Veintitrés de esta semana se la agarra con la Rural bajo el lema de "El pasado versus Tecnópolis", acusando al campo y a la "oposición de derecha mediática" de ignorar el aporte de "la ciencia y la tecnología" al desarrollo rural y de tenerle "miedo a la sociedad del conocimiento".
Léase todo lo anterior como viniendo de los juglares de un gobierno anclado en el pasado ideológico, humano y político, que se cansó de putear a los "pooles de siembra" y a las inversiones que permitieron la tecnificación de un campo al que odia pero del que vive cual vampiro, que le da lugar destacado en una muestra "del futuro" a prototipos fracasados de aviones de sesenta años de antigüedad como los Pulqui I y II, y que dice que no le calientan las mediciones de calidad educativa ahora que la Argentina saca resultados más mediocres en las evaluaciones internacionales que el último promedio de River en la Primera División.
1 comentario:
Ni siquiera usaron el nombre de fantasía Frente para la victoria.
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