Ayer a la tarde, en Oroño y Córdoba, estaba parado en el semáforo y cruzó la calle delante mío un señor en buzo de gimnasia azul, zapatillas de tenis blancas, que llevaba en la mano una bolsa plástica con lo que evidentemente era la bandeja de una panadería. Lo acompañaba una mujer y un chico de unos diez o doce años.
Nada del otro mundo a no ser que el hombre era el gobernador de Santa Fe, que sin custodia, sin amanuenses, sin el concurso de un asesor de vestuario (y obviamente, tampoco de peinado) hacía programa dominguero.
Puedo disentir en muchas cosas con los socialistas, pero estas actitudes reflejan aquella "democracia con olor a tambo" que a Jauretche le parecía risible, pero que a mi me parece tan necesaria.
4 comentarios:
No sé si tiene mucho que ver con tu post, pero lo comento porque me impresionó mucho en su momento.
Hace unos cinco años atrás, siendo sobrestante en una obra de infraestructura en Santa Fe, se apareció por uno de los frentes de obra el intendente local justicialista (Balbarrey). En plena campaña, estaba acompañado por una cohorte de alcahuetes, punteros, periodistas 'contratados' y otros personajes caracterizados para la ocasión, que ejercitaron una singular 'instalación' escénica; le calcé el casco por norma, pero el tipo no podía disimular la gomina y el traje y me lo rechazó con una risotada.
Lógicamente, no quedó mano por extender, ni saludo que dispensar; y cuando comenzaron a arrimarse los vecinos, comenzó la clásica interacción: una catarata de pedidos y una igual cantidad de promesas. Que vamos a asfaltar, que vamos a poner el gas natural, que abuela le voy a conseguir la máquina de coser, loco que te voy a gestionar la bloquera, que vamos a poner agua, que vamos a esto, que vamos a aquello...tenía un 'edecán' que anotaba pedidos, nombres y domicilios."Esperá que te vamos a llamar" prometía.
Todos alelados, todos con el pico abierto.
La cuestión es que el tipo perdió. Por poco, pero perdió. Cuando asumieron Binner y compañía, siempre me intrigaron como forma de hacer política; pero también como gobierno, más allá de las referencias que me daban algunos amigos rosarinos. La nueva gestión se fue diferenciando de las anteriores en algunos aspectos; ya lo hemos conversado bastante por acá.
Pero me preguntaba también si la gente, acostumbrada a pedir y a manguear hasta el aire que respira, había cambiado. Y algo pasó.
En enero de este año, siendo también sobrestante en una obra en Santo Tomé, apareció Bonfatti, también de campaña. Es cierto, vino acompañado también por una troupe, pero reducida a un secretario y la prensa, que cayó por los clásicos 'partes de prensa' comunes a todas las gestiones; preguntó alguna data sobre la obra, la recorrió un poco y se excusó amablemente de usar casco (ya tengo uno, bromeó). Cuando habló con algunos vecinos, no prometió ni aseguró nada, escuchó algunos planteos muy puntuales (casualmente todos relacionados con la asignación universal por hijo); pero lo que me llamó la atención, más allá de eso, es que la gente no le pidió nada, ni siquiera algún bagayo con mercaderías o demandas 'de máxima' como una casa o un plan. No sé si por miedo, por respeto o que cuernos. Y estábamos en medio de una villa miseria. El tipo se subió al auto y se fue, y todos a sus cosas nuevamente.
Por eso, no se si la gente reacciona de acuerdo a la autoimpuesta 'magnaminidad' del funcionario; o bien porque ya sabe quién le puede dar algo o no. A Binner lo he cruzado una decena de veces caminando por el centro de Santa Fe, en horas en donde todos estamos en algo y nadie le dió bola, ni siquiera una chifla. Si hubiese ido contenido por cuatro monos, no sé, ya se hubiese parecido a los anteriores...
Bueno, el tipo anda sin custodia.
Quisiera ver cuántos tienen las agallas para eso.
Creo Sandra que lo que dice Francisco es lo focal del asunto, los tipos dicen que son otra política y hacen otra política.
Por eso solo merecen que les tenga respeto.
Aunque no esté ideológicamente con estos muchachos que gobiernan Santa Fe, actitudes como las que cuentan Blogbis y Francisco, y la "otra política" que predican con el ejemplo, me hacen dar ganas de echarles un votito en la urna en octubre. Tendré que meditarlo...
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