13 de septiembre de 2011

El Hotel del Tío Aníbal


El tío Aníbal era un personaje en la familia , en realidad no era tío sino esos personajes que se adosan con los años. Yo pensaba que era medio lelo, pero todos lo tenían por ser un genio tapado. Se había recibido muy jóven de contador pero no había ejercido nunca, y en lo laboral no había pasado de llevar las cuentas del padre, que tenía desde principios del siglo un negocio oscuro pero lucrativo vendiendo insumos para el campo.
De muy jóven se había casado con una gallega (gallega en serio, de Galicia) muy burra, que lo tenía carpiendo. Tuvo dos hijos, uno mas animal que el otro. Era el tipo gris por definición, , siempre correcto, siempre educadísimo, siempre diciendo cosas intrascendentes.

Hasta que se murió el padre. Entonces mandó a la gallega a Galicia a juntarse con la familia, acompañada por los dos burros hijos, vendió el negocio del padre y se consiguió una noviecita con la que se reventó hasta el último mango en París, donde mientras tuvo plata se alojó en el Hotel George V.

Hasta la fecha de su muerte, en una pensión rosarina, conservaba prolijamente encarpetada la pila de facturas del hotel de París. No se si como muestra de su buena contabilidad o como recuerdo documentado de la fortuna que se había patinado.

Me acordé del asunto cuando leí que Cristina se fue a patinar otra pequeña fortuna ajena, en el mismo hotel de París.

1 comentario:

JorgeF dijo...

Esta la factura nos las deja a nosotros, ella se las toma con los millones como la Perona.